lunes, 11 de junio de 2007

El amor con minúscula y el amor con mayúscula.


Hay dos tipos de amor, el amor humano y el amor de Dios. Y obviamente necesitamos de ambos. El amor entre seres humanos es el amor con minúscula y el amor de Dios es el amor con mayúscula. La Biblia dice que debemos amar a Dios sobre todas las cosas y en segundo lugar debemos amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos. El amor humano es el vínculo que nos permite entablar relaciones interpersonales significativas, íntimas, profundas. A modo de ejemplo de amor humano, te cuento una historia: En 1847 nació en Escocia Alexander Graham Bell y este hombre de muy joven fue a vivir a los Estados Unidos, donde ejercía su profesión de enseñanza del lenguaje de los signos para sordos, lo cual realizó con dedicación y cariño. De pronto, como suele suceder, apareció en su vida una mujer de quien se enamoró perdidamente. Esta joven era una de sus alumnas, una bella mujer sorda. Conquistó su corazón y se caso con ella y entonces Bell Graham comenzó, con desesperación a querer comunicarse con ella y elaboraba métodos de comunicación, los cuales perfeccionaba cada día.
Asistido por su ayudante, de nombre Watson, probó una y otra vez, basándose en estudios de alemanes hasta que al fin inventó dos aparatos que unidos por un cable conductor, hacían que pudiera aplicarse uno de ellos al oído de una persona, mientras en el otro extremo otro emitiría la voz que llegaría amplificada. Entonces, el 10 de marzo de 1876 tomó uno de los aparatos desde el granero de su casa y le dijo a su ayudante Watson, que escuchara desde el living de la casa de Bell.
-Señor Watson, necesito su ayuda. ¿Podría venir hasta el granero?-dijo Bell Graham. Y el asistente fue inmediatamente sin vacilar, demostrando que lo había escuchado perfectamente. Entonces, Bell pensó que podría comunicarse mejor con su amada esposa. Gracias al amor con minúscula que Bell Graham tenía por su esposa inventó el teléfono. ¡Que poderoso es el amor humano!
Bueno, ahora quiero hablarte del amor con mayúscula, el amor de Dios. Sin el amor de Dios la vida no tiene sentido. El amor de Dios es una maravilla. Dios ama tanto a los seres humanos que se hizo hombre en la persona de Jesucristo, y murió en la cruz por nuestros pecados. Juan 1:14 dice: “Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. El amor de Dios es insondable, inmutable, pertinente. Dios mostró su amor mayúsculo al enviar a su Hijo a morir en la cruz por nosotros. La palabra del Señor dice que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. El amor de Dios no tiene comparación. En la historia de la humanidad todo lo referente a Cristo fue singular. Su nacimiento, su biografía, sus enseñanzas, sus milagros, su muerte, su resurrección, y sobre todo su amor mayúsculo para con nosotros. Necesitamos de estos dos tipos de amores. Necesitamos de los demás. Necesitamos amar y ser amados. Y en primer lugar necesitamos el amor de Dios. Sin amor no somos nada. Dios es amor y nosotros los seres humanos fuimos creados para amar. Fuimos creados para la felicidad. “El regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor”, firma romanos 6.23.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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