domingo, 10 de junio de 2007

El cristiano y la integridad.


Cierto individuo entró en un establecimiento donde vendía pollo frito a fin de comprar raciones para si y para la joven que lo acompañaba. Mientras el individuo fue a buscar el pollo, la joven esperaba en el auto. Por un descuido el encargado del negocio dio a este hombre la caja en la cual había colocado las ganancias del día en vez de aquella donde estaba el pollo. Iba a la ingresa el dinero en el banco y lo había camuflado en una caja de pollo frito.
El individuo agarro la caja, volvió al auto y partió con su acompañante. Cuando llegaron al parque y abrieron la caja, descubrieron que estaba llena de dinero. Esto es una situación de vulnerabilidad para la persona del común, pero este hombre comprendió que debía tratarse de una equivocación, así que entró en su auto, volvió al establecimiento y restituyó aquel dinero al encargado.
Este se quedó encantado. Tanto es así que le dijeron al hombre que quería tomarle una fotografía y publicarla en el periódico más importante de la ciudad ya que su acto de honradez era digno e inusual. Pero este hombre dijo que hacía falta, que lo único que quería era el pollo que había comprado. Entonces, el encargado insistiendo pregunto a este hombre: -¿Por qué no quiere que le tomemos una foto?-. –Bueno, contestó el hombre, es que estoy casado y la mujer que me acompaña no es mi esposa…
El hombre de esta historia era honrado, pero no era íntegro. Tenía una doble vida. Decía que era casado pero era infiel. Le faltaba transparencia, veracidad. Decía ser una cosa, pero era otra. Muchos cristianos son como el hombre de esta historia, son fieles a la iglesia, dicen que aman a Dios, pero no hacen la voluntad de Dios. Dicen que aman a los demás, pero están llenos de envidia, celos, antagonismos, codicia, rivalidades. Dios desea que todos los cristianos seamos íntegros. Desea que digamos amor y la practiquemos. Desea que hablemos de la salvación y busquemos a Dios. Las máscaras nos alejan de Dios. Cuando somos oidores de la palabra, pero no hacedores, somos mentirosos. Si decimos que no tenemos pecados nos engañamos y no somos íntegros. Hoy día vivimos en un mundo corrupto, atestado de mentira, impunidad, maldición porque los hombres no son íntegros. Cuando los cristianos bendecimos a Dios y maldecimos a los hombres con las mismas lenguas, no estamos comportándonos con integridad. Westpoint, la universidad de entrenamiento de los oficiales del ejército de los Estados Unidos, es conocida por su estricto código de honor. En respuesta a cualquier pregunta, los cadetes pueden dar solamente cuatro respuestas: "Sí, Señor; No, Señor; No sé, Señor; o Sin excusa Señor". Presentar excusas es prácticamente un crimen. Si una persona bajo la responsabilidad de un cadete comete un error, el cadete asume la culpa. Esto es para enseñarles la responsabilidad, el honor y sobre todo la integridad. La integridad del cristiano se da cuando conocemos lo que Dios dice en su palabra y ponemos en práctica esta verdad. Segunda de Corintios 1:12 dice: “Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros”. Loa integridad es un valor fundamental en la ética bíblica. Si somos cristianos debemos ser íntegros, es decir debemos amar a Dios de corazón y nuestro comportamiento debe evidenciar nuestro amor a Dios. El salmo 119:104 dice: “De tus preceptos recibo entendimiento, por tanto aborrezco todo camino de mentira”. Si somos cristianos debemos comportarnos en acorde a la voluntad de Dios. Los que no son cristianos miran lo que hacen los cristianos. Se cuenta que estando Billy Graham en Europa, cruzó la calle tomado de la mano de una señorita. Alguien que estaba observándolo tomó una fotografía de él con esa mujer y la publicó con un titular que decía: “Billy Graham anda de la mano en Europa con su amante”. Cuando lo llamaron para pedirle explicaciones sobre la foto, Billy Graham afirmó que andaba de la mano con una señorita, pero no era su amante sino que era su hija. Como el evangelista era íntegro, los medios tuvieron que retractarse de la foto publicada. Cuando somos íntegros nadie puede decir nada en contra de nosotros. La integridad del cristiano es una virtud que habla de Cristo mucho más de que hablan nuestras palabras. Proverbios 3:3-4 expresa: “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.”

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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