lunes, 9 de abril de 2007

Sentir, pensar y vivir.


En la vida necesitamos sentir. Pero, además de sentir, necesitamos pensar, usar la cabeza. Nada es azar. La vida es compleja. Y para poder comprenderla necesitamos del corazón y la cabeza. De ambos. Sentir es fácil. Lo difícil es sentir adecuadamente. Por eso necesitamos usar la cabeza. El corazón para sentir ordenadamente necesita del pensamiento. No basta con sentir. Es necesario pensar. Sentir debe ser un compromiso. Porque nosotros cuando sentimos nos comprometemos. El corazón no funciona porque sí realmente funciona porque elijo que funcione. Cada persona elige lo que quiere vivir y lo que quiere hacer con su vida. Sin embargo, no todos eligen bien. A algunos individuos les ha costado la vida elegir mal. En la vida todos los caminos no son iguales. No todos los caminos conducen a Roma. Hay caminos que conducen a la muerte, a la soledad, a la angustia, a una existencia si sentido. Es por esto, que cada vez que tengamos que elegir un camino, debemos cuestionarnos a nosotros mismos. Charles Peguy dijo: “No tema hacer preguntas tontas, es mejor atender a ellas que a los errores tontos”. Hay que utilizar la cabeza. Sentir es importante, pero sentir y pensar al mismo tiempo, es muchísimo más importante.
Ahora bien, ¿Cómo programar el sentimiento, la afectividad?, se preguntó Jaime Barylko. Y en la misma instancia, se respondió: “Además de sentir, hay que pensar. Un pensar que conduce a un comportamiento inteligente. Creías que la inteligencia es un instrumento para aprender matemáticas, física, química y para dar examen y aprobarlo. Te equivocas. La inteligencia es un instrumento al servicio de la vida. Inteligencia para vivir, es decir para vivir bien, es decir para vivir en amor. Los sentimientos son fugaces como los enamoramientos. De esta fugacidad hay que tomar conciencia, saberla y en consecuencia decirse la verdad, y luego decir la verdad. Pensar no es un deporte, es un trabajo. La inteligencia es la que impide que se cometan errores. La inteligencia es el acto que la pone en práctica es el pensar, capta la novedad de cada acontecimiento, y reaccione en concordancia con ella. Proporciona respuestas adecuadas a situaciones inéditas”. La vida está compuesta de pensamiento. Lo que pasa cuando las cosas andan mal es porque están pensando en algo equivocado. Cuando damos una respuesta contraproducente a lo inédito, es cuando no infligimos dolor a nosotros y a quienes más amamos. Claro, pues, en la vida no todo sale bien. Si bien somos capaces de evitar algunas cosas malas, tambien es verdad que hay cosas que se nos escapan de las manos. Sin embargo, aunque hay cosas que tenemos que pasarlas, tambien es cierto que podemos y somos capaces de vivir con precaución y sabiduría para sacar provecho de nuestras elecciones de vida. Para vivir bien hay que ser inteligente y diferenciar lo mediato de lo inmediato, lo urgente de lo importante. Aquellos que viven lo inédito sin pensar son los más miserables. Debemos disfrutar del proceso de pensar fundamentándonos primordialmente en lo que dice la Biblia, para que todas las actividades que emprendamos en la vida nos salgan lo mejor posible. Es únicamente pensando como podemos equilibrar nuestro compromiso activo con lo que sentimos. Hay mucha gente que aumenta sus problemas porque se niega a pensar y porque se apoyan en el consejo de amigos que en realidad no saben lo que dicen porque no piensan. “El ave canta aunque la rama cruja, porque conoce lo que son sus alas”.

Julio C. Cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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