lunes, 9 de abril de 2007

El sentido de la vida.


Vivimos en un mundo de apariencias. Algunos tienen apariencias muy hermosas, pero nada de profundidad. Cuando miramos por debajo de las apariencias nos damos cuenta que el corazón de ciertas personas está muerto. Algunos dicen una cosa, y con su comportamiento dicen otra. Esto nos pasa a todos. Es trise cuando andan desequilibrados, perdidos, sin control interior. En la actualidad es popular llevar una vida mediocre, desestructurada, sin sentido. La actualidad, como dije, esta plagada de humanos totalmente caracterizados por el hedonismo y la permisividad. De ahí el origen de tanto vació, de tanto sabor amargo. Esto es la posmodernidad. La desorientación es algo usual. Parece como si estaríamos aprendiendo a vivir en incertidumbre, perplejidad. Somos ciegamente contradictorios. La sociedad en la que vivimos es mediocre y cada vez tiene menos solidez. Al mismo tiempo, los individuos se vuelven cada vez más mediocres y con menos solidez. Debido a esto la confusión colectiva, las mentes endebles que se desmoronan, las familias que se contaminan de frivolidad, contaminan nuestras vidas y la célula de la sociedad que es la familia, poco a poco, se va desarticulando, lo cual desemboca en la actual sociedad signada por la incertidumbre y la estupidez.
Ahora, ¿Qué busca el hombre? Yo creo que entre otras cosas busca: paz, el sentido de la vida, y busca a Dios, aunque muchos no lo quieran admitir. Buscamos paz, es cierto. La paz que buscamos no tiene nada que ver con la salud mental. La paz que buscamos tiene que ver con una sensación interior que nos permite estar firmes aun cuando estemos en medio de realidades crudas y arbitrarias. Nosotros buscamos una paz que penetre todo nuestro interior y que nos mantenga firmes en las circunstancias más aciagas. Respecto a la paz que todos necesitemos, el apóstol Pablo dijo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Fi 4:6-7).
Además de buscar paz, tambien buscamos sentido, es decir, un centro de gravedad que nos mantenga adheridos a la realidad de lo que somos. Y ese centro de gravedad es Dios. Dios es la verdad absoluta en el universo, y él es la gravedad espiritual de quienes quieren ser verdaderamente felices. Dios nos da significado para vivir. El existencialismo dice que Dios no le da significado al hombre, sino que el ser Humano debe buscarlo por si mismo. Pero esto es verdad, puesto que Dios es el único que puede orientarnos para que seamos verdaderamente felices. Dios nos creó para que nos relacionemos con él. En él hay sentido.
Finalmente, buscamos relacionarnos con Dios. Nosotros como seres humanos necesitamos ineluctablemente saber que no estamos solos en el universo. De ahí nuestra impostergable necesidad de Dios. Necesitamos caminar con Dios como lo hacían Adán y Eva. Dios es el ser supremo que nos da todo lo que necesitamos para vivir una vida fructífera aquí en la tierra y posteriormente en el cielo. Reinhard Bonnke nos aconseja: “No se puede timonear un barco que está inmóvil. Dios espera que nos movamos para entonces indicarnos en que dirección debemos ir”.

Julio C. Cháves.
Escritor78@yahoo.com.ar

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