lunes, 12 de marzo de 2007

Uno no nace, se hace.

“Los hombres envejecen pero no está claro si maduran”

A .Daudet.



Jean Paúl Sastre, filosofo francés, fallecido en 1980, afirmó que los seres humanos nacemos indeterminados y que tenemos que crearnos a nosotros mismos. Los animales, se podría decir, nacen predeterminados a ser de un modo u otro. Un perro es un perro. Cuando nace un perro sabemos como va a ser, pero cuando nace un ser humano no se sabe pues nacemos indeterminados. Nadie puede predecir como será la vida de un recién nacido. La podemos imaginar, pero eso no significa nada. Cada persona decide lo que quiere ser. Uno va eligiendo. Camina por una senda y luego quizás camina por otra senda totalmente diferente a la anterior. Uno se va haciendo con las elecciones. E. Blech pensó: “EL Hombre es una inmensa tarea por realizar, una inmensa reserva de porvenir”.
Los seres humanos somos libres y estamos condenados a elegir. Nadie puede eludir su capacidad de elegir. Algunas personas dicen que han nacido con tendencia hacia cierto sexo o que han nacido con una personalidad predeterminada, pero lo cierto es que nadie nace con características innatas que lo obliguen a ser o actuar de determinada manera. Uno no nace, uno se hace. Uno elige. El futuro aun yace incompleto, nosotros tenemos la responsabilidad de completarlo, eligiendo una cosa, rechazando otras. Somos libres y esta característica hace que seamos seres morales. Nuestras acciones pueden ser juzgadas. Podemos ser buenas o malas personas. La libertad, o libre albedrío ,es el supuesto de la moral. Podemos elegir. Somos capaces de reflexionas, pensar, considerar diferentes puntos de vista. Esto hace que vivamos de una manera y que seamos consecuentes con ello. Cada cual es responsable de sus elecciones. Lo que hacemos, sentimos o pensamos, también, ejerce una influencia directa en la vida de nuestros semejantes. Por tanto, nuestra conducta es buena siempre y cuando produzca nuestro bien y también el de nuestros semejantes. Si nuestra conducta es mala y nos hacemos daño, de alguna manera también dañamos a los demás. Ser libres y morales es una característica innata que nos diferencia de los otros seres vivos. Uno no nace, se hace. Los seres humanos tenemos la facultad de soñar, elegir desear, amar, querer. No son los planetas, o la influencia de otras lejanas galaxias, lo que rigen nuestro comportamiento sino nuestra innata capacidad de elegir, nuestra esencia moral. Ergo, los humanos debemos pensar cómo vivir, cómo actuar para resolver un problema o sortear un obstáculo. ¡Es tan difícil ser libre! ¡Es tan complicado ser moral!
El Dr. Jaime Barylko en su ensayo “En busca de uno mismo” dice: “El que cuenta su biografía diciendo nací en tal lugar, recibí tal educación, luego quise tal cosa, después hice tal otra, cuenta una falsa historia. La verdad de mi biografía es que nunca supe que quería, que siempre me encontré queriendo en ciertas circunstancias, que soy las sumas y las restas y las multiplicaciones de lo que fui, de lo que no fui, de lo que pude haber sido, de lo que dejé de ser, de lo que otros quisieron que fuera, de circunstancias, accidentes, imprevisiones, y de todo eso que se llama vida, vida de uno mismo, y que en verdad es algo así como un frasco lleno de gránulos movedizos que ora te pintan una figura, ora otra, como las linternas mágicas de antaño”.

Julio C. Cháves.

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