viernes, 16 de marzo de 2007

La diferencia entre el buen humor y la ironía.

Antes de detallar las características que diferencian al buen humor de la ironía, creo que es prudente dar a conocer la etimología de cada una de estas palabras. Ironía, (Lat. Ironía), es una palabra que significa figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice. Es una burla fina y disimulada. Humor, (Lat. Humor), por su parte, significa jovialidad, agudeza, buena disposición para hacer una cosa. La ironía se da cuando una persona se burla de otra. Utilizando la picardía y el doble sentido, se procura ofender al interlocutor. Con ironía muchos individuos señalan los defectos de los demás con ánimo de humillar, desacreditar, ofender, descalificar y hacer quedar mal a los demás. La ironía la cultivan únicamente aquellas personas que practican deliberadamente el arte de hacer sentir mal a los demás.
El buen humor, en cambio, se ríe junto a los demás. Busca el aspecto gracioso de las buenas y malas circunstancias de la vida. Tener buen humor es importante para cultivar fluidas y sanas relaciones interpersonales. Con buen humor se puede hacer el bien. Actualmente predomina en la sociedad un masivo espíritu irónico. Esto podemos advertirlo en la televisión, donde los “periodistas” del espectáculo se burlas de los defectos de los famosos y a su vez, los miembros de la farándula se burlan de los periodistas de los programas de chimentos, generando un ida y vuelta de destructiva ironía mediática. Debido a esta alineación mediática, quienes deseamos cultivar el buen humor, debemos reírnos con los demás y no de los demás. El bueno humor debe ser nuestro único objetivo. Debemos darnos cuenta de que esta ida y vuelta de ironía mediática, no es buena para nuestras relaciones interpersonales. Por esto, con buena disposición de ánimo, debemos buscarle el lado gracioso a los diferentes eventos de la vida, sean buenos o malos, siempre respetando la personalidad y las características anatómicas de nuestros interlocutores. Nuestro buen humor debe estar cargado de respeto, bondad, y amor altruista. Una persona de espíritu bondadoso jamás pretenderá burlarse de ninguna persona. Tendrá el valor de reírse con los demás y será sincero siempre. Jamás parecerá algo que no es. El buen humor hace que el corazón se mantenga puro, sin doblez, bondadoso, bueno, veraz y altruista. La ironía divide, destruye, amarga, separa, aleja, daña. Pero el buen humor une, alegra, engrandece, construye y da un buen rumbo a la vida social.
Mamerto Menapace en su libro “El amor es cosa seria”, dice: “Donde acaba el sentido del humor, empieza el campo de concentración. No hay que confundir el humor con la ironía. Esta encierra una maldad que tiene su raíz en el desprecio del otro. Y el humor es algo muy distinto. Porque encierra una cuota de ternura, que nace del cariño por la persona que se lo comparte. El humor tiene una función insustituible en la convivencia diaria. Es un cable a tierra que tiene la simpática función de desdramatizar las situaciones de conflicto. Sobre todo cuando se sabe usar oportunamente. El humor fuera de lugar puede ser tan inoportuno como chiflar en un velorio, para consolar a los deudos. Supone toda una realidad previa en que la certeza del cariño y la aceptación es una cosa que se da por descontada”.

Julio C. Cháves.

No hay comentarios.: