viernes, 16 de marzo de 2007

En busca de uno mismo.

Las personas que no saben quienes son, envidian y anhelan cosas materiales, con las cuales construir su identidad artificial. Victimas de los comerciales televisivos, tratan de conseguir cosas que no necesitan, con el fin de ostentar omnipotencia y superioridad. Lo que pasa es que los que tienen pueden ser personas, piensan los mediocres sin carácter. Los que no tienen nada son excluidos. Por todo esto, para poder llegar a ser las personas compiten ferozmente con otros con el único fin de ganarle a los demás, logrando de este modo no ser desvalorizados por esta alineante y consumista sociedad.
Los que no consiguen las cosas materiales caen en la depresión y el fracaso. Debido a la proyección de los sentimientos de omnipotencia de los medios de comunicación, los individuos procuran llegar a ser personas mediante la errática adquisición de bienes materiales. Actualmente los medios masivos de comunicación, siembran la maligna idea conceptual de que la vida de las personas deben ser calculadas con vistas al dinero. Hoy día quien no tiene dinero no puede esperar que lo respeten por lo que son simplemente. Los valores humanos son tabúes aquí. Los seres humanos son tuercas de una gran máquina de hacer dinero. Calculando sus perdidas y ganancias, los capitalistas se olvidan de los valores humanos con la absoluta y única meta de ganar plata y más plata. Mientras tanto, los pobres se arrastran suplicando pan para sus hijos hambrientos. A fin de beneficiar sus propios intereses, los ricos son capaces de masticar y moler huesos humanos. No hay lugar par la ayuda humanitaria, ni la solidaridad, ni el amor social.
Advertimos en la sociedad una adicción a las posesiones materiales. Esto deriva en una predominante perdida de nuestra humanidad. El Dr. Jaime Barylko en su ensayo “EN BUSCA DE UNO MISMO”, nos habla de las perdidas de las tenencias, lo cual si pasaría, pobres y ricos lo único que encontrarían al perder sus posesiones materiales, seria angustia, tedio y falta del sentido de la vida. Dice Barylko : “Un pobre es desdichado porque lo que tiene ha de invertirlo en el ser. Un rico es feliz en cuanto tiene para tener. Ese es el supremo ideal de la cultura contemporánea: Tener para tener. La angustia estalla cuando las tenencias desaparecen. La muerte de un ser querido es una pérdida de cosa, una traición, una falla, una culpa. Del que se fue, por cierto. Eso que da tanta seguridad, la tenencia, es absolutamente insegura. La angustia es el caldo de cultivo de la cultura”.

Julio C. Cháves.

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