
En su obra “Historia de los pueblos de habla Inglesa”, (volumen 2), Winston Churchill escribió: “En el campo de las creencias religiosas la reforma introdujo cambios profundos. La Biblia adquirió entonces una autoridad nueva y de mayor alcance. La generación anterior consideraba que las sagradas escrituras eran peligrosas en manos de personas iletradas, y debieran ser leídas sólo por sacerdotes”. Churchill continua diciendo: “La Biblia completa, impresa, traducida a la Iglesia por Tendal y Coverdale, había aparecido por primera vez a finales del otoño de 1535 y estaba ya corriendo en varias ediciones. El gobierno encargo al clero que alentara la lectura de la Biblia. Tras siglos de una cultura bíblica, Inglaterra llegaría a conocer las escrituras, pero no gracias a la Iglesia, sino al reinado de Enrique VIII. (Enrique VIII reino en Inglaterra del 1509 al 1547).
“Con un nuevo golpe contra la vieja escuela, el gobierno encargo en Paris una gran edición de la Biblia Inglesa, más suntuosa que ninguna edición anterior, y, en septiembre de 1538, dispuso que cada parroquia del país debía comprar una Biblia del mayor tamaño en Ingles, para ser expuesta en cada Iglesia, donde los feligreses pudieran más cómodamente echar mano a la misma y leerla. Se enviaron 6 copias a la catedral de San Pablo, en la ciudad de Londres, y las multitudes se apiñaban en la catedral, todo el día para leerlas, especialmente, se cuenta, como podían hacer que una persona con voz clara leyera en voz alta se lo permitían”.
En la actualidad muchos consideran al cristianismo como a una religión anti-intelectual. Así, pues, es obvio que los que opinan tal cosa se equivocan porque en realidad es todo lo contrario. ¿Por qué? Porque las mentes más brillantes de la historia han pertenecido a cristianos. El apóstol Pablo, San Agustín, Martín Lutero, Juan Calvino, Deitrich Bonhoeffer, el Dr. Francis Schaeffer, fueron personas brillantes y al mismo tiempo personas cristianas. Lo cierto, es que una persona sea cristiana no significa que deje de utilizar el intelecto. Que una persona sea cristiana no significa que deje de pensar, sentir y vivir. Pensar que el cristianismo es una religión anti-intelectual es un concepto errático. Lew Wallace estaba dispuesto a refutar al cristianismo con su dotado intelecto y su espíritu creativo, pero no lo hizo, porque el poder del evangelio convirtió al autor del clásico “Ben-Hur”. También C. S. Lewis en su autobiografía habla de cómo él resistía y eludía el evangelio cuando era joven, ya que consideraba al cristianismo como un sistema anti-intelectual. Sin embargo, el evangelio pudo con él y su resistencia fue vencida, y fue “sorprendido por el gran gozo de descubrir que la conversión estimulaba sus capacidades imaginativas y creativas. Se volvió muy famoso por sus escritos, entre los cuales encontramos libros como: “Cartas a un diablo novato” y las aclamadas “Crónicas de Narnia”.
Dios no es un Dios anti-intelectual. Jehová nos dotó de un intelecto para que lo utilicemos. Por esto, creo que es conveniente que sigamos el ejemplo del rey Enrique VIII, es decir, permitamos que las verdades del cristianismo cambien nuestras vidas de manera total y radical. Recordemos siempre que ser cristiano no implica que dejemos de utilizar el intelecto. Ser cristianos, por el contrario, significa pensar la vida, lo que somos, el amor, de donde venimos, para que estamos aquí, y hacia donde vamos conforme a la luz de las sagradas escrituras. Eso es ser cristianos, hombres pensantes, racionalistas. Ser cristianos requiere usar la razón. El abogado Ingles Frank Morrison intento escribir un libro desacreditando la resurrección de Cristo. Este abogado realizó una profunda investigación, recopilando evidencias históricas y trabajando estoicamente en esta tarea. Finalmente, con la ayuda de su mente brillante, llegó a la inevitable resolución de que la resurrección de cristo era un acontecimiento histórico,º infalible, y debido a esta evidencia histórica se convirtió en cristiano. Dios no es un Dios anti-intelectual. Esta veraz afirmación la comprobamos estudiando las vidas de hombres como Frank Morrison, el apóstol Pablo, San Agustín, Deitrich Bonhoeffer, el Dr. Francia Schaeffer, etc…
Julio C. Cháves.
“Con un nuevo golpe contra la vieja escuela, el gobierno encargo en Paris una gran edición de la Biblia Inglesa, más suntuosa que ninguna edición anterior, y, en septiembre de 1538, dispuso que cada parroquia del país debía comprar una Biblia del mayor tamaño en Ingles, para ser expuesta en cada Iglesia, donde los feligreses pudieran más cómodamente echar mano a la misma y leerla. Se enviaron 6 copias a la catedral de San Pablo, en la ciudad de Londres, y las multitudes se apiñaban en la catedral, todo el día para leerlas, especialmente, se cuenta, como podían hacer que una persona con voz clara leyera en voz alta se lo permitían”.
En la actualidad muchos consideran al cristianismo como a una religión anti-intelectual. Así, pues, es obvio que los que opinan tal cosa se equivocan porque en realidad es todo lo contrario. ¿Por qué? Porque las mentes más brillantes de la historia han pertenecido a cristianos. El apóstol Pablo, San Agustín, Martín Lutero, Juan Calvino, Deitrich Bonhoeffer, el Dr. Francis Schaeffer, fueron personas brillantes y al mismo tiempo personas cristianas. Lo cierto, es que una persona sea cristiana no significa que deje de utilizar el intelecto. Que una persona sea cristiana no significa que deje de pensar, sentir y vivir. Pensar que el cristianismo es una religión anti-intelectual es un concepto errático. Lew Wallace estaba dispuesto a refutar al cristianismo con su dotado intelecto y su espíritu creativo, pero no lo hizo, porque el poder del evangelio convirtió al autor del clásico “Ben-Hur”. También C. S. Lewis en su autobiografía habla de cómo él resistía y eludía el evangelio cuando era joven, ya que consideraba al cristianismo como un sistema anti-intelectual. Sin embargo, el evangelio pudo con él y su resistencia fue vencida, y fue “sorprendido por el gran gozo de descubrir que la conversión estimulaba sus capacidades imaginativas y creativas. Se volvió muy famoso por sus escritos, entre los cuales encontramos libros como: “Cartas a un diablo novato” y las aclamadas “Crónicas de Narnia”.
Dios no es un Dios anti-intelectual. Jehová nos dotó de un intelecto para que lo utilicemos. Por esto, creo que es conveniente que sigamos el ejemplo del rey Enrique VIII, es decir, permitamos que las verdades del cristianismo cambien nuestras vidas de manera total y radical. Recordemos siempre que ser cristiano no implica que dejemos de utilizar el intelecto. Ser cristianos, por el contrario, significa pensar la vida, lo que somos, el amor, de donde venimos, para que estamos aquí, y hacia donde vamos conforme a la luz de las sagradas escrituras. Eso es ser cristianos, hombres pensantes, racionalistas. Ser cristianos requiere usar la razón. El abogado Ingles Frank Morrison intento escribir un libro desacreditando la resurrección de Cristo. Este abogado realizó una profunda investigación, recopilando evidencias históricas y trabajando estoicamente en esta tarea. Finalmente, con la ayuda de su mente brillante, llegó a la inevitable resolución de que la resurrección de cristo era un acontecimiento histórico,º infalible, y debido a esta evidencia histórica se convirtió en cristiano. Dios no es un Dios anti-intelectual. Esta veraz afirmación la comprobamos estudiando las vidas de hombres como Frank Morrison, el apóstol Pablo, San Agustín, Deitrich Bonhoeffer, el Dr. Francia Schaeffer, etc…
Julio C. Cháves.
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