jueves, 8 de marzo de 2007

Chicas/os cosmo y la guerra entre los sexos.


Son personajes urbanos condicionados por el dinero, la belleza, los apellidos, los looks, la sofisticación, el snobismo intelectual, la música, la noche y el deseo de experimentar cosas extravagantes. Los chicos/as cosmo se despeñan tras la búsqueda de la diversión y la disolución de cualquier límite. Quieren diferenciarse de los demás. Las luchas de micro poder en la familia y las amistades caracterizan su comportamiento aparentemente inimputable. Con mentiras, intrigas y engaños sus ambiciones de superioridad adquieren dimensiones épicas.

En mensaje de la filosofía cosmopolita consiste en imponerse ante el sexo opuesto. Todo vale con tal de hacer que el otro haga lo que uno quiere. Hay que cuidar la salud, tener un looks único, glamoroso y envidiable. Las chicas cosmo están dispuestas a hacerles la mejor felación a sus novios para estar al poder. A la hora de hablar de sexo, tanto los hombres como las mujeres, deben saber más que el Marqués de Sade al respecto. El vocabulario de la gente cosmo esta poblado de frases como: Debo tener sexo para olvidar a mi ex; si me metió los cuernos yo también voy a hacerlo; no quiero compromisos, simplemente quiero salir con alguien; yo soy independiente y no necesito de mi pareja; puedo sola/o; lo voy a agarrar en la cama y lo voy a dejar de la cabeza, se va a olvidar hasta de su propio nombre; estoy cansada de mi novio/a; quiero experimentar cosas nuevas; etc. Las relaciones interpersonales, entre gente cosmo, o mejor dicho entre chicas cosmo, es extrañamente perversa ya que se confiesan hasta el más íntimo secreto y que al mismo tiempo compiten y se envidian en cualquier cosa, confiesan con sus labios que se quieren pero por dentro lo único que desean es quedarse con el novio/a del amigo/a. Es fácil de distinguir la gente cosmopolitan porque son personas inseguras, frívolas, ignorantes, incultas, gasta la plata en pavadas, y hacen cualquier cosa ser el centro de atención, hasta lo prohibido si es necesario.
Tanto en la televisión y en los medios impresos podemos leer millones de reflexiones de cómo debemos conducirnos para pertenecer a la tribu cosmo. Es común que en estos medios que se aplauda la competitividad, la ambición, el carácter indómito, el aura de ganador. Las cualidades antisociales basadas en la derrota de uno y la humillante derrota de otro caracterizan a estos personajes cosmopolitas. Ser hombre no esta de moda pues la masculinidad es un valor en decadencia, rancio y asociado a cierto tipo de comportamientos despreciables. Pero lo más indignante de todo este circo urbano es que Las nuevas mujeres modernas llevan años procurando aduñarse de las peores cualidades del hombre tratando de encontrar igualdad, y lo único que conseguimos así es el doble de personas heridas. En la televisión podemos ver serios como Sexo en NY donde las mujeres exponen ante sus amigas sus fantasías y su feminista frivolidad. Embriagados de invidualismo, machistas y feministas procuran comerse al otro e imponer autoridad.
Después de esta lacónica descripción de la gente cosmo, gravitan en mi cabeza cientos de preguntas. Estas son algunas: ¿Qué es lo que nos lleva a hacerle la guerra a los miembros del sexo opuesto de manera diferente a lo que haríamos con individuos de nuestro mismo sexo? ¿Existe un estereotipo masculino o femenino en la vida cotidiana? ¿Por qué tipo de cosas nos peleamos? ¿Qué buscamos realmente tratando de imponernos al otro? ¿Qué es más cómodo... ser machistas o feministas? Lo único que sé es que ser gente cosmo consiste en ser individualista y quererse narcisisticamente a uno mismo. El otro no vale nada. Solo vale uno. Este tipo de filosofía cosmo conduce a la soledad y las heridas. No hay duda de que tanto los hombres como las mujeres se necesitan mutuamente. Nos peleamos por estupideces. Y lo que buscamos compitiendo con el sexo opuesto es tratar de tapar nuestra angustia y mediocridad emocional. Nos falta inteligencia emocional. Es cómodo despreciar, lo difícil es cumplir el rol de mujer o varón. Es cierto que la disparidad entre los sexos es enorme. Pensamos diferente, pero es obvio que somos diferentes. A veces nos olvidamos de eso. La realidad es que tanto hombres como mujeres deben entender a su contraparte. Somos diferentes. Y es indudable que ser un chico/a cosmo es una señal de inmadurez y estupidez. Creo que esta tendencia cosmo no es nada más ni nada menos que la confraternidad entre los sexos. De hecho,¿ no queremos llamar la atención del sexo opuesto? “Cada hombre lleva un fantasma de mujer, no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre”, dijo
Gregorio Marañon, Médico y escritor español.


Julio César cháves.
escritor78@yahoo.com.ar

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