lunes, 31 de agosto de 2009

Hoy es el día de bendición

¿A quien le gusta esperar? A nadie. Para ser bendecidos por Dios no tenemos que esperar porque él quiere bendecirnos hoy. El momento de ser prosperados es hoy. Al referirse a sus deseos los cristianos dicen cuando Dios quiera. En vez de ponerle hora y fecha a sus sueños, declaran: Cuando Dios quiera. Y a Dios no le agrada que los cristianos digan esto porque él siempre quiere bendecirnos. El día del milagro es hoy. Si necesito algo para hoy no lo quiero tener mañana. Esto no es un capricho, es ponerle fecha y hora a la bendición. Los cristianos tenemos derechos espirituales. Cristo murió en la cruz para darnos vida, salud, abundancia. Así que si reclamamos nuestra herencia la vamos a obtener. La bendición nos pertenece. Cristo la ganó en la cruz y pagó el precio con su sangre.

Hoy es el día de que reclamemos la bendición. Si no tenemos trabajo reclamemos trabajo porque los cielos están abiertos para los que aman a Dios. Si estamos enfermos reclamemos salud y sanidad porque en la cruz el Señor llevó todas nuestras enfermedades. Para los cristianos no existen buenos y malos momentos, para los cristianos los malos momentos son los mejores momentos. Dios nos prosperará en el lugar de nuestra aflicción. En medio de la debilidad Dios manifiesta su fuerza. En medio de la pobreza Dios abre las puertas de sus graneros. En medio de las lágrimas Dios manifiesta su gozo. Hoy es el día de bendición. Hoy es el día del milagro. Hoy es el día de la felicidad.
Si mejoramos donde estamos es nuestra hora. No nos quejemos por la situación del presente. Valoremos cada situación. Aprendamos de todo y de todos. En el ámbito laboral, seamos lo mejores. En el ambiente familiar, seamos los mejores. En las amistades, seamos los mejores. Seamos fieles en lo poco y Dios nos dará mucho. Si cuidamos lo que hoy tenemos, entonces Dios nos dará lo que deseamos. Si no cuidamos lo poco, ¿cómo Dios nos dará lo mucho? Donde estemos seamos los mejores. Si damos lo mejor donde hoy estamos, hoy es el día de la bendición. Si estamos listos, entonces hoy es el día en que seremos promovidos.
No perdamos tiempo en pavadas, empleemos nuestro tiempo en tareas y hábitos que edifican y nos hacen mejores personas. No hablemos derrota, hablemos soluciones. Porque si hablamos soluciones hoy es el día de la bendición. Hablemos lo que esperamos. Hablemos fe. Reclamemos nuestra herencia en Dios. No dramaticemos. Desdramaticemos. Hablemos soluciones. Dios nos llamó para que hablemos soluciones. Conectémonos con Dios y seremos bendecidos. Ahora es nuestro turno. No esperemos más…

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar

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