martes, 24 de junio de 2008

Una buena noticia para los hijos de padres divorciados


Durante muchísimos años los psicólogos y sociólogos afirmaron que las consecuencias del divorcio sobre los hijos son devastadoras. Los hijos quedaban marcados para toda la vida, incluso se pensaba, es más, muchos profesionales siguen pensándolo, que los hijos de padres divorciados indefectiblemente repiten la misma historia de sus progenitores. Ahora, hay una buena noticia para los hijos de padres divorciados. La terapeuta familiar argentina Ilana Sever, docente de la Universidad de Haifa, Israel, afirma que reescribir la historia personal es posible, aunque los hijos hayan pasado por la experiencia del divorcio.
"Durante años, el divorcio fue analizado desde una perspectiva negativa, por los presuntos daños, las lesiones psicológicas y los efectos traumáticos que se le adjudicaron. En la década del 90 aparecieron estudios que sugirieron que no era una experiencia tan terrible ya que la mayoría de los hijos de padres divorciados se acomoda a la nueva situación sin efectos traumáticos. Se comenzó a ver lo bueno de lo malo", afirmó Sever.
El divorcio de los padres por supuesto que deja marcas indelebles pero es a su vez una experiencia de aprendizaje y crecimiento personal. Luego de entrevistar a más de 150 hijos de padres divorciados, entre 21 y 30 años, la terapeuta llegó a la conclusión de que el 44% de los casos positivos superaban a los casos negativos, y sólo en el 4% de los entrevistados se encontraron efectos positivos. Postula Sever que "El divorcio de los padres no tiene por qué significar para los hijos un trauma; por el contrario, con el tiempo puede incrementar la confianza en sí mismo, estimular el proceso de maduración, fortalecer el sentido de responsabilidad, favorecer la adaptación flexible a los cambios, aumentar la preocupación por los otros y la capacidad de entender los conflictos de relación, teniendo una perspectiva más realista acerca de las relaciones de pareja".
"Lo importante es no sentirse predestinado a una condena de por vida y considerar los problemas como un desafío del que se pueden obtener aprendizajes positivos", alienta Sever. "Durante el proceso de divorcio es fundamental que los adultos mantengan abiertos los vasos comunicantes entre los integrantes de la familia; hay que crear situaciones que permitan conversar sobre lo que está sucediendo, comunicar las dificultades y buscar los recursos para enfrentarlas, ofreciendo el apoyo necesario. No todo es ser hijo de padres separados: son muchas las áreas en las que la vida puede tener el giro que le quieran dar." Es cierto que muchos hijos quedan devastados y no pueden superar la situación, pero el divorcio de los padres no necesariamente tiene que significar una experiencia traumática. Lo cierto es que se puede seguir adelante y el divorcio de los padres no tiene porque predestinar a los hijos a vivir la misma experiencia.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar

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