lunes, 23 de junio de 2008

Voy a casarme


Durante años anduve deambulando de un lugar a otro en busca del amor. De tanto buscar me canse y de alguna forma me resigne. Entonces, como que deje de creer en el amor. Cuando fui adolescentes aparecieron algunas chicas en mi vida, pero ninguna de ellas encajaba en mi prototipo de mujer. Pasaron los años y el ruido mundanal captó mi atención. Anduve por ahí, de boliche en boliche, caminando sin rumbo. Tuve malas juntas, probé cosas que jamás tendría que haber probado.

Incluso leí libros que jamás tendría que haber consultado. Pero la vida, o mejor dicho Dios, es sabio. Él utiliza las circunstancias para reconducirnos a nuestro propósito. Nuestro Creador no hace nada por casualidad, sino que por el contrario todo tiene su razón de ser.

Cuando cumplí 19 años mi viejo me llevó a la iglesia y entonces conocí a Cristo, mi Señor. Desde ahí cambió mi vida radicalmente. Desde ahí mi vida tiene un propósito. A través de los años he escuchado a muchísimos predicadores, conferencistas, he leído muchísimos libros y he visto muchas películas, pero de todos modos aún sabía que necesitaba algo, o mejor dicho a alguien.

Así pues, aunque me han gustado varias chicas, nunca fui correspondido. ¿Para que voy a perder el tiempo en seguir buscando?, pensé muchas veces. Y de súbito encontré mi vocación que es escribir, decir cosas con palabras, tejer frases, sencillas frases que transmitan lo que pienso, lo que siento. Y decidí, luego de publicar centenares de artículos en todos los diarios de mi ciudad, escribir un libro. Y lo terminé de escribir. Lo titulé: La conquista de la libertad. E hice muy pocos ejemplares. No quiero ser específico, pero hice menos de cien. Los vendí a todos. Lo mejor que me pasó al escribir el libro fue reencontrarme con una amiga que fue conmigo al secundario: Alejandra. Y le vendí dos ejemplares de mi libro.

Ahora viene lo mejor. El libro quedó atrás. El único ejemplar que me queda esta junto a otros libros en mi biblioteca. Y hay algo nuevo en mi vida, se llama Alejandra. No solo me compró el libro sino que también se quedó con el autor, es mi novia. Y si, es verdad, voy a casarme. ¡Viste hasta donde te puede llevar un libro! O mejor dicho, ¡viste hasta donde puede conducirte Dios!

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar

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