Incluso leí libros que jamás tendría que haber consultado. Pero la vida, o mejor dicho Dios, es sabio. Él utiliza las circunstancias para reconducirnos a nuestro propósito. Nuestro Creador no hace nada por casualidad, sino que por el contrario todo tiene su razón de ser.
Cuando cumplí 19 años mi viejo me llevó a la iglesia y entonces conocí a Cristo, mi Señor. Desde ahí cambió mi vida radicalmente. Desde ahí mi vida tiene un propósito. A través de los años he escuchado a muchísimos predicadores, conferencistas, he leído muchísimos libros y he visto muchas películas, pero de todos modos aún sabía que necesitaba algo, o mejor dicho a alguien.
Así pues, aunque me han gustado varias chicas, nunca fui correspondido. ¿Para que voy a perder el tiempo en seguir buscando?, pensé muchas veces. Y de súbito encontré mi vocación que es escribir, decir cosas con palabras, tejer frases, sencillas frases que transmitan lo que pienso, lo que siento. Y decidí, luego de publicar centenares de artículos en todos los diarios de mi ciudad, escribir un libro. Y lo terminé de escribir. Lo titulé: La conquista de la libertad. E hice muy pocos ejemplares. No quiero ser específico, pero hice menos de cien. Los vendí a todos. Lo mejor que me pasó al escribir el libro fue reencontrarme con una amiga que fue conmigo al secundario: Alejandra. Y le vendí dos ejemplares de mi libro.
Ahora viene lo mejor. El libro quedó atrás. El único ejemplar que me queda esta junto a otros libros en mi biblioteca. Y hay algo nuevo en mi vida, se llama Alejandra. No solo me compró el libro sino que también se quedó con el autor, es mi novia. Y si, es verdad, voy a casarme. ¡Viste hasta donde te puede llevar un libro! O mejor dicho, ¡viste hasta donde puede conducirte Dios!
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario