lunes, 9 de abril de 2007

El tiempo se nos escapa de las manos.


“Al reloj de la vida
Solo una vez cuerda se le da,
Y nunca nadie decir podrá
Cuando sus manecillas detendrá”.
Anónimo

El tiempo se nos escapa de las manos. Los días pasan. Los minutos pasan. Nuestro corazón late. La realidad nunca es la misma. Nosotros cambiamos constantemente. El tiempo es el más importante componente de la vida. Muchos individuos desperdician el tiempo y ayudan a los demás para que también lo desperdicien. Y el tiempo perdido no se vuelve a recuperar jamás. El porvenir siempre está frente a nuestra nariz. El futuro muere constantemente. El presente es como un robot dinámico, pues jamás descansa. Mientras los humanos se apegan a lo efímero, la eternidad se les viene encima. Mientras algunos se apegan a los autos de moda, el devenir depara nuevos autos de moda. Muchos pierden el tiempo en trivialidades. Dios les ha dado a los mortales tiempo para que se arrepientan de sus pecados. Pero los seres humanos prefieren perder el tempo en productividades temporales antes que redimir el tiempo en productividades espirituales. Enfrascamos recuerdos sin para porque el pasado crece sin detenerse y sin mirar atrás.
El tiempo cabalga a todo galope y la muerte le acompaña. El tiempo es parte de la muerte. La muerte galopa con libertad y crueldad. El Dr. Billy Graham dijo respecto a la muerte: “La muerte es un maestro consumado de la destrucción; y sus credenciales van delante de la misma: aborto, abuso, adicción, brutalidad, crimen, enfermedad, drogas, odio, lascivia, abandono, pestes, conflictos racial, violación, venganza, hambre, suicidio, violencia y guerra. Estas son las barajas de su juego”.
Salomón declaró: “… tiempo de morir…”. Donde Dios está no existe el tiempo. En la eternidad el tiempo no existe. Porque el tiempo es una especie de muerte. Los humanos son victimas indefensas del tiempo. El teólogo Jhon Trapo dijo: “Hay un tiempo perfecto para que el hombre muera, el cual, si hubiera sabido todo acerca de la vida, el hubiera escogido este tiempo y no otro”. ¿Quién puede controlar el tiempo? ¿Qué son 60 minutos comparados con la eternidad? El tiempo es muy valioso. Debemos redimirlo. Debemos cuidarlo. Debemos dedicar nuestro tiempo a cosas realmente importantes. Max Lucado dijo: “Beberé cada minuto como si fuera el último. Cuando llegue el día de mañana, el día de hoy se habrá ido para siempre. Mientras este aquí, lo usare para amar y dar. Hoy marcaré un a diferencia. Dedicaré TIEMPO para estar con aquellos a quienes amo, mi esposa, mis hijos, mi familia. Un hombre puede poseer todo el mundo pero ser pobre por falta de amor. Un hombre puede no tener nada pero ser rico en vínculos afectivos. En el día de hoy, dedicaré por lo menos, cinco minutos con la gente que es importante para mí. Cinco minutos de Calidad hablando o abrazando o agradeciendo o escuchando. Cinco apretados minutos con mi pareja, mis hijos, mis amigos. Hoy voy a marcar una diferencia”.
Mientras tú lees estas líneas, el tiempo se te está escapando rápidamente de las manos. Haroldo Conti dijo “… un minuto de la vida… es una luz deslumbrante”.
Hay individuos que pierden el tiempo porque están apegados al resentimiento, el orgullo, la venganza, el pasado, los malos recuerdos, etc.
El presente es lo que cuenta. Hoy es lo importante. Si cuidas el presente, el futuro se cuida sólo. El poeta Henry Wadsworth Longfellow dijo: “Nunca en el grato porvenir confíes; actúa en el Presente siempre vivo”.

Julio C. Cháves.
Escritor78@yahoo.com.ar

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