martes, 17 de abril de 2007

El hardware, el software, y la mortalidad humana.


Convivimos con máquinas, computadoras, celulares, Internet. Y las máquinas son cada vez más chiquititas y son comandadas por programas, sistemas operativos o software. En el film Tiempos modernos de Charles Chaplin, los hombres conviven con las máquinas y se sienten amenazados por ellas, mezclándose con los numerosos engranajes de la titánicas máquinas. Y si, los hombres están maquinizados, mecanizados, y son tuercas de una máquina impersonal. Actualmente las máquinas de han sofisticado de tal forma que los humanos piensan en ser inmortalizados y digitalizados por ellas. La trilogía de las películas Matrix son un claro ejemplo de la búsqueda de la digitalización y divinización de los cuerpos. Los personajes de estos filmes tienen sus mentes conectadas a computadoras y se zambullen en un mundo totalmente intangible, virtual, totalmente constituido de software. Y los cuerpos de los protagonistas yacen inmóviles, inertes, quietos, anquilosados, como sin vida, como si no sirvieran para nada. El mensaje es que el cuerpo no sirve, nos limita, y no nos deja movernos con facilidad. Por ser orgánico, efímero, biológico, tangible, es obsoleto, molesta. Y los especialistas dicen que el cuerpo humano se resiste a la digitalización y que envejece, se enferma y muere. Algunos científicos afirman que dentro de unos años se podrá copiar la memoria, los recuerdos, los sentimientos, los conocimientos de una persona y se podrá transferirla a un cuerpo sano. Y ahora con la clonación, se puede producir un cuerpo nuevo y con la información de la persona clonada, tenemos la misma persona, pero sana, sin enfermedad. Todos conocemos el caso de Walt Disney que hizo que congelaran su cuerpo con el objeto de que si la tecnociencia encuentra la cura y resurrección de su cuerpo pueda volver a la vida. Ahora, por más que se congelen, copien el código genético, recolecten muestras de ADN, e inventen un software súper-sofisticado, los seres humanos están condenados a la muerte. Esta establecido que los hombres mueran y después venga el juicio. El ser humano no puede despojarse de su mortalidad. Es cierto que puede mejorar la calidad de vida de las personas a través de la medicina, pero a la corta o a la larga, todos moriremos. Aunque convivimos con máquinas, hardware y software, la vida del hombre es como la niebla que se aparece por muy poco tiempo y se desvanece.

Julio César Cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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