martes, 3 de abril de 2007

Conforme al enfoque de Dios.


La realidad es volátil, cambiante, efímera. Y lo extraordinario de lo cotidiano únicamente lo perciben aquellos que están despiertos y entienden que el tiempo no se detiene y que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a todos sus hijos. La realidad no requiere palabras para expresar su mensaje, tiene un lenguaje muy especial se llama vivencias. Lamentablemente muchos de nosotros no nos damos cuenta de que perdemos el tiempo en pavadas, enfocándonos en lo pasajero, y dejando de lado lo que realmente tiene importancia. Sé que la realidad a veces nos apabulla con sus eventualidades, sus acontecimientos inusuales y cuando perdemos el control de ella, interpretamos como que las cosas nos están yendo mal. Pero la vida es así, volátil. El tiempo es volátil.
El ruido mundanal nos aleja de lo importante. Los problemas, las limitaciones y las carencias no nos dejan ver lo que tenemos, las capacidades que tenemos, y la solución de los problemas. Dios nos regala milagros todos los días, pero nosotros no los vemos porque miramos lo negativo y estamos preocupados y no tenemos en cuenta que Cristo dijo que cada día tiene su propio mal. Debemos darnos cuenta de que la vida tiene movilidad, el tiempo se mueve y nosotros nos movemos con el. Aunque la realidad es volátil y muchas cosas se nos escapan de nuestro control, todas las cosas nos ayudan a bien a lo que amamos a Dios.
Debemos tomar conciencia del valor del tiempo. Nuestros deben estar abiertos y no se nos deben escapar los detalles. Si cuidamos los detalles cotidianos y se los confiamos a Dios, todo se mantendrá en orden, pese a que todo se torne volátil. Dios es inmanente, pertinente, siempre llega a tiempo. No llega antes ni después, llega justo a tiempo y él tiene el absoluto control de la realidad y nos ayuda a interpretarla beneficiosamente. Si interpretamos la realidad con un enfoque de temporalidad, sufriremos y veremos que muchas cosas son negativas y nos complican la vida sin sentido, pero si interpretamos la realidad conforme al enfoque de Dios, nos daremos cuenta de que todas las cosas nos ayudan para bien, incluso aquellas eventualidades que nos complican la vida.

Julio César Cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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