viernes, 9 de marzo de 2007

Genios en medio del dolor, la amargura , y la adversidad .


“Quien mejor puede sufrir, mejor puede hacer”. Milton



En medio del dolor surge la genialidad. En medio del fracaso se vivifica la voluntad y se la estimula para nuevos esfuerzos. La amargura muchas veces ha sido el estimulo que necesitaron los personajes celebres de la humanidad para exteriorizar su genialidad. De hecho, las inmortales obras geniales han sido llevadas a cabo en medio del dolor, la amargura, la soledad, etc. Muchos individuos realizaron grandes cosas gracias a la pena y al absurdo sufrimiento. Alguien ha dicho que las penalidades y las aflicciones son, sin asomo de duda, los medios adecuados para el más sublime y profundo desarrollo de la naturaleza humana…
El gran escritor SHILLER produjo sus más bellas tragedias en medio de un sufrimiento físico que rayaba con la despiadada tortura de un sufrimiento físico que rayaba con la despiadada tortura. HANDEL, el gran músico compositor, jamás fue tan genial como cuando, advertido por la parálisis de la proximidad de la muerte, y luchando con muchos sufrimientos y amarguras, se sentó a componer las grandiosas obras que lo han hecho inmortal. MOZART, oro genio de la música, compuso sus grandes operas, y el último de sus réquiem, hallándose agobiado por las deudas y lidiando con una fatal enfermedad. BEETOVEN compuso sus mejores páginas sumido siempre a la temprana edad de 32 años, cuando sus únicas posesiones en el momento de su muerte eran los manuscritos, la ropa y 63 florines en afectivo. Como alguien afirmó: “No hay una nota en diapasón con la alegría, que no tenga su cuerda en la melancolía”. A lo largo de la historia los genios han exteriorizado sus talentos extraordinarios rodeados de sufrimientos absurdamente extraordinarios. De modo que la amargura para ellos no fue del todo amarga. De todos modos erigieron sus obras y se mantuvieron seguros, voluntariosos y firmes en medio de las circunstancias más desagradables. Podemos estar seguros que el fracaso y las lagrimas nos ponen a prueba, atemperando y fortaleciendo nuestra naturaleza humana. Seguramente debemos las obras de Cervantes al sufrimiento del cual fue victima. Es más muchos españoles se alegraron de la pobreza que sufría, sin la cual suponían que no hubiera llegado a escribir sus obras maestras. En una oportunidad, el arzobispo de Toledo visitó al embajador francés en Madrid, los caballeros agregados al sequito de este último le expresaron su profunda admiración por las obras del autor del Quijote, y su deseo de relacionarse con alguien que les había causado tanto placer. La contestación que recibieron fue la de qué Cervantes había luchado con las armas del a ejercito al servicio de su país y que ahora estaba viejo y pobre.- ¿Cómo exclamó un o de los francés ¿No está el señor Cervantes en buena posición? ¿Por qué el gobierno no le da una pensión? El cielo no permita fue la repuesta que sus necesidades sean aliviadas, porque son ellas las que hacen escribir! ¡Ha sido su pobreza la que ha hecho rico al mundo!
JHON MILTON, castigado por la ceguera, la soportó con osadía y siguió marchando hacia delante. Sus mejores obras, entre ellas “El paraíso perdido”, las escribió durante el periodo de su vida en que más sufrió: cuando era pobre, enfermo, viejo, ciego, calumniado y perseguido. MILTON experimentó la gran verdad de que lo mejor de la naturaleza humana sale a luz en las circunstancias más crueles. Por eso dijo: “Quien mejor puede sufrir, mejor puede hacer…”.

Julio C. Cháves.

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