viernes, 9 de marzo de 2007

Biografía de un piojo resucitado.


Desde que es un niño, en la existencia humana corriente, esclavo de su exceso de presunción, piojo resucitado enarbola el bien y el mal. Para estos piojos, las cosas no tienen más valor que el que ellos quieren darles. Después de todo, sabemos que este mundo está demasiado lleno de gente que aparenta algo que no es. Algunas personas objetan que la única manera de abrirse paso en la vida es siendo una persona que finge constantemente una cosa cuando en realidad se es otra. Todo piojo resucitado cuando alcanza asomar la cabeza, refrega en la cara de sus semejantes su opulencia, su vanidad puramente efímera. La única que desea es provocar envidia. Porque para el piojo resucitado, la medida del éxito, es la cantidad de envidia que genera…
Alguien dijo que los aspirantes a piojos se ayudan entre sí, mediante un sistema de envidia mutua, que confieren al envidiada un afama de triunfador. Los piojos dirigen a las demás miradas malévolas y se esfuerzan por sacar conclusiones denigrantes. Pese que una de las causas más poderosas de infelicidad es, probablemente, la envidia, la pasión de la envidia es la característica predominante de los piojitos simuladores. Estos tipos de individuos, lloran lágrimas de cocodrilos con evidente regodeo. Habiendo empezado por creer que nadie les quiere, su conducta acaba por hacer realidad su creencia. Al fin y al cabo, nadie puede ser feliz mientras sea un piojo resucitado.
Los piojos resucitados viven perdidos en un bosque de dudas y miedos, caminan a ciegas durante el día, totalmente poseídos por una mente envidiosamente diabólica, engreída, alienada, cosificadora, y absurdamente competitiva. Todo cuanto hace el piojo resucitado lo hace presumiendo. Para el piojo, pensar por medio de comparaciones es un hábito. El piojo resucitado no confía en nadie y ni siquiera en su familia. Sólo desea hacer daño, y lo hace siempre que puede con impunidad. En lugar de tener placer por que tiene, vive ostentando que tiene mucho más de lo que piensan los demás. Solo al mundo buscando injusticias de las que proclamarse victima; si ocurren, las percibe al instante, y se no ocurren, se las imagina. Inevitablemente, una persona así es desdichada, y se convierte, voluntariamente, en una molestia para los demás. Los piojos andan en autos de 40.000 mientras que viven en casas precarias de 10.000. Usan zapatillas de 200 mientras que sus hijos tienen los dedos afuera. Los piojos han equivocado el camino y si uno les dice algo, se tapan los oídos con una orgía de autoengaño. ¡Ser un piojo resucitado es ser un desgraciado!
El piojo resucitado se ha transformado en un autómata que vive bajo la ilusión de ser un individuo dotado de libre albedrío. Es un ser sin identidad. Vive en un mundo de falsedades, ostentaciones, vanidades, vive bajo la ilusión de saber lo que quiere cuando en realidad desea únicamente lo que la sociedad alienadora ordena. El piojo tiene miedo de mostrarse tal cual es. Podría ser libre, pero tiene miedo de ser diferente, de ser mediocre. Por eso simula y es un doctor en hábitos para ser un agrandado. El piojo se lleva bien con la competencia, con el amor mal. El piojo sabe de agresión.El piojo resucitado no confía en nadie y ni siquiera en su familia. Sólo desea hacer daño, y lo hace siempre que puede con impunidad. En lugar de tener placer por que tiene, vive ostentando que tiene mucho más de lo que piensan los demás. Solo al mundo buscando injusticias de las que proclamarse victima; si ocurren, las percibe al instante, y se no ocurren, se las imagina. Inevitablemente, una persona así es desdichada, y se convierte, voluntariamente, en una molestia para los demás. Los piojos andan en autos de 40.000 mientras que viven en casas precarias de 10.000. Usan zapatillas de 200 mientras que sus hijos tienen los dedos afuera. Los piojos han equivocado el camino y si uno les dice algo, se tapan los oídos con una orgía de autoengaño. ¡Ser un piojo resucitado es ser un desgraciado!
El piojo resucitado se ha transformado en un autómata que vive bajo la ilusión de ser un individuo dotado de libre albedrío. Es un ser sin identidad. Vive en un mundo de falsedades, ostentaciones, vanidades, vive bajo la ilusión de saber lo que quiere cuando en realidad desea únicamente lo que la sociedad alienadora ordena. El piojo tiene miedo de mostrarse tal cual es. Podría ser libre, pero tiene miedo de ser diferente, de ser mediocre. Por eso simula y es un doctor en hábitos para ser un agrandado. El piojo se lleva bien con la competencia, con el amor mal. El piojo sabe de agresión, de ostentación, pero de ser feliz ni se habla. ¿Queda claro? Así anda el mundo… Fray Luís de León dijo: “Para hacer mal cualquiera es poderoso”.

Julio C. Cháves

No hay comentarios.: