viernes, 9 de marzo de 2007

El libro sagrado, la biblioteca sagrada .


La Biblia es una biblioteca. La palabra “Biblia” es griega y significa “Libros”. En efecto, esta admirable biblioteca está compuesta por 66 libros, escritos por unos 30 autores diversos. Es esta galería variadísima de autores alternan estadistas y conductores de pueblos, como Daniel y José; legisladores como Moisés; sabios como Salomón; poetas como David; profetas como Isaías, Jeremías, Ezequiel; pescadores como Pedro; filósofos como Pablo; cobradores de impuestos como Mateo y hombres instruidos académicamente como Lucas el medico.
Tenía 19 años cuando comencé a leer la Biblia. Lo primero que leí fue el evangelio de Juan. En este pequeño libro, escrito por uno de los discípulos amados de Jesús, pude conocer al más humilde y sabios de los hombres: Jesús. Además, pude comprobar notablemente, al estudiar la biblioteca sagrada, pese al hecho de que fue escrito en el transcurso de 16 siglos, en épocas muy distintas, por muchos autores diversos, de cultura, de ambiente geográfico y condiciones de vida distintas, y en tres diferentes idiomas, que campea en todas sus páginas una coordinación, una armonía y una unidad extraordinarias. Son, en efecto, un único libro, una unida biblioteca por su esencia y contenido. Los grandes temas fundamentales de la existencia humana se hilvanan a través de sus páginas. Ningún libro contradice a otro, antes al contrario, todos armonizan y se complementan mutuamente.
La mente de Dios coordinó e inspiró toda la Biblia. Entonces , podemos decir junto Jaime Buckinghan que: “ La Biblia es la voz de Dios para la humanidad”. La Biblia es, sin duda, la palabra de Dios, es un libro religioso, pero no obstante su lectura no se limita a la liturgia o a la devoción privada, pues puede ser leída por cualquier individuo que anhele conocer sinceramente al creador de todo cuando existe en el cosmos. Esta admirable biblioteca contiene elementos históricos, interpretaciones de carácter mítico, y una significativa y valiosa historia sagrada que no sólo tiene que ver con la fe sino también con la autoridad y veracidad de los discursos religiosos contemporáneos. La Biblia ha influido a mentes brillantes de todas las épocas. La música, la pintura, la literatura y el cine se han nutrido, Salomé, para creas obras de arte en todos los ámbitos. La Biblia es un libro incólume, inmortal, trascendente, actual. En sus páginas podemos encontrar consuelo, sabiduría, consejos, paradigmas eternos. A través de la Santa Biblia nos llega la voz de l creador, la memoria de la humanidad, la razón y el por que los seres humanos deben y tienen que vivir en torno a la voluntad divina la existencia humana. Sin la Biblia la vida carece de sentido.
Actualmente nadie puede negar que la humanidad se encuentre en una encrucijada definitoria de la historia. Aun el observador superficial puede advertir que estamos en una época colmada de vísperas de sucesos trascendentes que determinaron el devenir humano sobre la tierra y en la eternidad. Las características predominantes de nuestro tercer milenio son el espanto, desconcierto, la angustia, la confusión internacional. Entonces, es en estos abrumadores circunstancias que debemos leer con voluntad, orden y disposición la palabra de Dios, ya que en las paginas de la Biblia hallan respuestas y soluciones los grandes interrogantes del corazón humano. El Dr. Billy Graham en su obra “Aviso de tormenta” expresa el referirse a la Biblia : “ La Biblia es un libro para el presente. Mientras más complejo e inseguro se torna el mundo, más nos hace falta la verdad de Dios para darnos dirección moral. Hoy nos hace falta la palabra de Dios como nunca antes en la historia”.

Julio C. Cháves.

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