
Desde 1.456, que fue cuando Gutemberg inventó la impresión tipográfica, disponemos de libros. El libro es un portador de conocimiento. En las páginas de los libros hay vida, alimento tanto para el intelecto como para el alma. Los libros son muy importantes. Leer alarga la vida. Leer implica disciplinarse a uno mismo, implica ordenar la vida, desarrollar la voluntad y la inteligencia. Ser un lector es indispensable para poder interpretar la vida de modo profundo, sólido e inteligente. Ser lector denodado es estar dispuesto a vivir más tiempo y con más fuerza. Los libros son fetiches necesarios, son amigos de papel, y compañero de viaje.
Adolfo Bioy Casares decía: “Leer es agregar un cuarto a la casa de la vida.” Hay muchos libros para leer. Hay que dialogar con el autor. Si el libro es de nuestra propiedad hay que tener un lápiz a mano para subrayar lo que tocó nuestra alma. Un lector estaba muriendo y susurró a una persona que estaba cerca: “¡Qué lástima morir cuando hay tantos libros para leer!” Según Virginia Wolf, “el cielo debe ser una lectura continua e inagotable”. Desde que era un adolescente aprecio los libros. Leí libros que me han acercado a Dios, otros que me han enseñado lo complejo que es el ser humano y otros que me han ayudado a vivir una vida más inteligente. A lo largo de los años los libros me han ayudado a reflexionar sobre las cosas que realmente tienen importancia. Leer libros es una santa obsesión. Es obvio que la vida enseña más que muchos libros. Pero en fin: los libros nos ayudan a vivir, a elegir, a ser felices.
Los libros hablan y ejercen una profunda influencia en nuestras vidas. Transmiten conocimientos, información formativa. Hace poco tiempo tuve una conversación con una amiga que tiene más de 80 años y me dijo: ¿Sabias Julio, que yo nunca aprendí a leer ni a escribir? Yo le pregunté: ¿Quiere aprender María? Ella me contestó: Ya estoy vieja para eso, pero vos valora el hecho de haber aprendido. Hoy día María ya no esta con nosotros pues hace muy poco tiempo falleció. Pero en mi corazón quedó grabado indeleblemente su consejo y su amistad.
ROBERT ESCARPIT expresó al referirse al habito de leer: “Tan sólo la lectura directa, sin mediador, es lectura en el más autentico sentido de la palabra. Cultivar el habito de la lectura es indispensable para que podamos ser personas inteligentes y maduras en todo el sentido de la palabra”. EDMUNDO DE AMICIS dijo respecto a los libros: “EL destino de muchos hombres dependió de haber tenido o no una biblioteca en su casa”.
Siempre recuerdo la pequeña biblioteca que tenia mi viejo. Eran pocos libros, pero en fin, gracias a esos pequeños libros, conocí esos pequeños amigos de papel. Desde entonces, compro libros nuevos y usados. En mi casa tengo una biblioteca que alberga muchos autores. Hace muchos años me refugio en ella. Gracias a ella he aprendido muchísimas cosas. Y, sobre todo, he descubierto esos fieles amigos de papel.
JORGE LUIS BORGES, decía: “Mi verdadera educación fue la biblioteca de mi padre, en gran parte de libros ingleses. Yo recuerdo, sobre todo, la Enciclopedia Británica , que sigo releyendo y que no he agotado aún”. Debemos cultivar el hábito de leer pues es muy importante. Los libros son compañeros de viaje. En ellos se halla el conocimiento, el consejo, la sabiduría de la vida. ¡A leer que el tiempo apremia!
Julio c. Cháves
Adolfo Bioy Casares decía: “Leer es agregar un cuarto a la casa de la vida.” Hay muchos libros para leer. Hay que dialogar con el autor. Si el libro es de nuestra propiedad hay que tener un lápiz a mano para subrayar lo que tocó nuestra alma. Un lector estaba muriendo y susurró a una persona que estaba cerca: “¡Qué lástima morir cuando hay tantos libros para leer!” Según Virginia Wolf, “el cielo debe ser una lectura continua e inagotable”. Desde que era un adolescente aprecio los libros. Leí libros que me han acercado a Dios, otros que me han enseñado lo complejo que es el ser humano y otros que me han ayudado a vivir una vida más inteligente. A lo largo de los años los libros me han ayudado a reflexionar sobre las cosas que realmente tienen importancia. Leer libros es una santa obsesión. Es obvio que la vida enseña más que muchos libros. Pero en fin: los libros nos ayudan a vivir, a elegir, a ser felices.
Los libros hablan y ejercen una profunda influencia en nuestras vidas. Transmiten conocimientos, información formativa. Hace poco tiempo tuve una conversación con una amiga que tiene más de 80 años y me dijo: ¿Sabias Julio, que yo nunca aprendí a leer ni a escribir? Yo le pregunté: ¿Quiere aprender María? Ella me contestó: Ya estoy vieja para eso, pero vos valora el hecho de haber aprendido. Hoy día María ya no esta con nosotros pues hace muy poco tiempo falleció. Pero en mi corazón quedó grabado indeleblemente su consejo y su amistad.
ROBERT ESCARPIT expresó al referirse al habito de leer: “Tan sólo la lectura directa, sin mediador, es lectura en el más autentico sentido de la palabra. Cultivar el habito de la lectura es indispensable para que podamos ser personas inteligentes y maduras en todo el sentido de la palabra”. EDMUNDO DE AMICIS dijo respecto a los libros: “EL destino de muchos hombres dependió de haber tenido o no una biblioteca en su casa”.
Siempre recuerdo la pequeña biblioteca que tenia mi viejo. Eran pocos libros, pero en fin, gracias a esos pequeños libros, conocí esos pequeños amigos de papel. Desde entonces, compro libros nuevos y usados. En mi casa tengo una biblioteca que alberga muchos autores. Hace muchos años me refugio en ella. Gracias a ella he aprendido muchísimas cosas. Y, sobre todo, he descubierto esos fieles amigos de papel.
JORGE LUIS BORGES, decía: “Mi verdadera educación fue la biblioteca de mi padre, en gran parte de libros ingleses. Yo recuerdo, sobre todo, la Enciclopedia Británica , que sigo releyendo y que no he agotado aún”. Debemos cultivar el hábito de leer pues es muy importante. Los libros son compañeros de viaje. En ellos se halla el conocimiento, el consejo, la sabiduría de la vida. ¡A leer que el tiempo apremia!
Julio c. Cháves
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