Alguien dijo que si decimos siempre la
verdad no tendremos que recordar lo que decimos. Decir la verdad es una virtud
que hoy en día tiene muy poca gente. La mayoría de la personas dicen mentiras o
mentiritas piadosas. Lo malo de mentir es que una mentira necesita de otras
mentiras para existir. En fin, mentir es engañar, estafar. El mentiroso es
deshonesto, de doble cara, peligroso como un virus mortal. A Dios no le agrada
la persona mentirosa. Proverbios 12:22 dice: “Los labios mentirosos son
abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento”.
La
mentira es un castigo para el mentiroso. De hecho, ¿a quien le gusta la
compañía del deshonesto? ¿Quién escucha a quien tiene fama de ser mentiroso? La
mentira aísla, separa y encadena a los mentirosos. El mentiroso sufre en
silencio. En lo profundo de su ser sabe que lo que cuando miente aleja a los
demás y pierde el respeto y la dignidad. Cuando la mentira es alcanzada por la
verdad, el mentiroso pierde su máscara de falsa honestidad y es estigmatizado
por sus propias mentiras. Proverbios 19:9 dice: “El testigo falso no quedará
sin castigo, y el que habla mentiras perecerá”.
Las mentiras no llegan lejos. En realidad
siempre son descubiertas y salen a luz. Dios quiere que digamos siempre la
verdad. Él quiere que seamos íntegros. El mentiroso aleja de su vida la
bendición de Dios, pero el hombre honesto es alcanzado por la bendición. Decir
mentiras es ser un ignorante, un mediocre. Por el contrario, decir la verdad
significa sabiduría, transparencia, integridad. Dios ama al hombre que dice la
verdad. Dios es verdad y los hombres tenemos que decir la verdad siempre. El
que miente esta faltando a la verdad, esta tergiversando deliberadamente la
realidad de los hechos.
Pero el que dice la verdad cuenta lo que
realmente vio, oyó o hizo. Digamos siempre la verdad y el Señor nos colmará de
bendiciones. En Colosenses 3:9,10 el apóstol Pablo nos exhorta: “No mintáis los
unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que le creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno”.
Julio
césar cháves
No hay comentarios.:
Publicar un comentario