Argentina. Sus libros “Gente Tóxica”,”Autoboicot” y “Resultados Extraordinarios”, entre otros, se convirtieron en verdaderos best-sellers. Hoy, en una entrevista única, todos estos temas desarrollados por un observador de la realidad de primerísimo nivel.
¿Qué es la gente tóxica?
Son todas las personas que te meten miedo o culpa. Nivelan para abajo. Se trata de gente adicta a lastimar al otro, a quebrarle su estima para sentirse mejor. Es toda persona que transmite miedo o culpa.
En una empresa, ¿cómo se sobrelleva a la gente tóxica?
Es fundamental aprender a poner límites. Se le pone límites a la gente que no tiene límites internos; cuando una persona se autoimpone sus propios límites, no necesita los límites exteriores.
Y los límites se establecen a través de las dos palabras más poderosas que tenemos, que son “sí” y “no”. Recuperando la comunicación asertiva, que es: yo tengo derecho a juntarme con quien quiero, derecho a equivocarme y tengo derecho elegir quiénes son las personas que van a estar dentro de mi círculo de mi intimidad afectiva.
¿Qué efectos es capaz de producir el hecho de trabajar con gente tóxica?
Efectos muy positivos porque, paradójicamente, uno cree que poniendo límites a la gente agresiva, chismosa, descalificadora, los demás se van a enojar, nos van a rechazar y no nos van a querer. Y eso en un primer momento puede ser una reacción para seguir ejerciendo la manipulación, pero a la larga, la gente tóxica se ubica.
Cuando habla de ubicarse, ¿está hablando de acomodarse?
Claro, es como el abusador. El abusador no abusa de cualquiera, huele determinadas características, baja estima. En el caso del tóxico, miedo a ser rechazado, dificultad a decir que no, miedo al enojo, personas que tienen conductas evitativas, que evitan conflictos por todos los wines… Poner esos límites es lo que hacen los animales depredadores: cuando van a tener cría, demarcan visualmente un territorio, como los leones, y no dejan que nadie entre.
“El miedo a triunfar”
Usted tiene un libro titulado Autoboicot: ¿por qué la gente se autoboicotea?
Por la culpa. La culpa dice: no te lo merecés. Y uno muestra conductas, en general inconscientes, para perder lo logrado. Es el miedo a triunfar. Es la gente que, como decía Freud, “fracasan cuando triunfan”, entonces cuando le va bien y consigue un buen trabajo, empieza a tener conductas para que la despidan.
¿Y a qué se debe tal conducta?
Mientras uno está sufriendo o tiene determinadas carencias, la culpa está nivelada. Pero cuando a uno le va bien, si no tiene la culpa resuelta va a emerger y va a decir: “No te lo merecés”. Entonces, son las personas que llegan tarde, hacen mal el trabajo, se pelean con los compañeros, con los jefes… hasta roban. Porque inconscientemente lo están provocando para perderlo. Porque la culpa es bronca contra uno mismo que dice: tenés que sufrir.
¿Y ese tipo de gente, después, se arrepiente?
Claro. Por lo general no es consciente; la culpa es inconsciente. Es un mandato que sentimos que no alcanzamos y da bronca contra uno mismo.
¿Y de dónde viene esa culpa?
Venimos de una cultura del sufrimiento. Fijate que en los trabajos, en general, no se pagan por rendimiento o por logro.
Se paga por hora. Y tendría que ser al revés.
Sí, salvo algunas empresas que llegaron al país y modernizaron la cuestión, que paga por objetivos, etc.
¡Exacto! Y en las que triunfar está bien visto. En la cultura latina, una empresa que le va bien anda en algo raro… Ahora, a una empresa que le va bien en el primer mundo, decimos: “Mirá cómo trabaja”. Si a vos te va bien, lo más común es que te pregunten: “¿En qué curro andás?”.
Es decir, el éxito es sospechoso
Sí. Entonces esto qué hace, la fantasía es: si él tuvo éxito es porque me lo robó a mí. Y eso activa la envidia en el trabajo.
¿Se puede salir del autoboicot?
Efectivamente: elaborando las culpas. Hay que sentarse y revisar el mundo interior. Hoy nosotros sabemos que un trabajo es el 10% de aptitud, el conocimiento en la materia por la cual fui contratado, y un 90% de actitud.
¿Y por qué esa ecuación?
Porque el 90% de de cualquier trabajo son las relaciones con los demás. Entonces te contratan por tu capacidad, pero te despiden por tu carácter. Hay gente que tiene diez doctorados, estudió muchísimo, pero posee cero de inteligencia emocional. Entonces, se pregunta: ¿por qué el otro ascendió y yo, no, que estudié mejor? Y bueno, el otro sabe relacionarse mejor. Hay que mirar para adentro y tratar de ver qué mandatos yo he tenido en cuanto al fracaso y al éxito, qué me han enseñado, los egos, los imperativos que me transmitieron, en qué cosas me hacen sentir culpable; en fin: hacer un poquito de autoanálisis o ayuda terapéutica para elaborar esa culpa.
“Pasar de fracaso en fracaso”
¿Y cómo es eso de fracasos exitosos?
Quiere decir que para llegar al éxito hay que pasar de fracaso en fracaso. Si el fracaso te enseña es tu amigo, si no te enseña, tu enemigo. No hay que ligarlo a la autoestima, sino a un proceso de aprendizaje. Es tan importante saber lo que funciona como lo que no funciona.
Quiere decir que hay que sacarle el jugo al fracaso.
¡Es fundamental! No hay que decir: “Fracasé, soy un fracasado”. Fracasado no es el que cae, sino el que permanece caído.
Si uno no fracasa, ¿luego no puede triunfar?
En el camino al éxito hay fracasos por delante. Es indispensable. Es mentira que el camino al éxito existe sin las piedras del fracaso. Eso es parte del recorrido. Hay que disfrutar tanto la llegada a la cima como el camino.
¿Y cómo conseguir resultados extraordinarios? ¿En qué órdenes de la vida es bueno conseguir esos resultados para repercutan en mi trabajo cotidiano?
En todo. Hay que soñar, y los sueños es lo que esperamos. Y ése es el mañana: la esperanza. Cuando una persona tiene un mañana siempre estará motivada. Porque motivación viene de motivo y acción, tener un motivo que te acciona.
“Llega el que sabe relacionarse”
Hay muchos empresarios y comerciantes que leen esta WEB: ¿qué mensaje basado en tu experiencia les puede brindar para poder estar mejor, trabajar mejor, sentirse mejor con ellos mismos?
Que inviertan la mayor cantidad de su tiempo en inteligencia emocional. Que es la combinación de la intrapersonal, que es la capacidad de conocerse, y la interpersonal, que es la capacidad de conectar con los demás. No llega el que más sabe ni el que más estudió, sino el que sabe relacionarse. Todo logro es un logro de equipo, y nadie llega a la cima solo. No importa la calidad, es la cantidad de la motivación y la inteligencia emocional lo que nos va a llevar al éxito.
Fuente: www.Mundo Aftermarket.com Por Anibal Litvin anibal@aftermarket.com.arPeriodista
¿Qué es la gente tóxica?
Son todas las personas que te meten miedo o culpa. Nivelan para abajo. Se trata de gente adicta a lastimar al otro, a quebrarle su estima para sentirse mejor. Es toda persona que transmite miedo o culpa.
En una empresa, ¿cómo se sobrelleva a la gente tóxica?
Es fundamental aprender a poner límites. Se le pone límites a la gente que no tiene límites internos; cuando una persona se autoimpone sus propios límites, no necesita los límites exteriores.
Y los límites se establecen a través de las dos palabras más poderosas que tenemos, que son “sí” y “no”. Recuperando la comunicación asertiva, que es: yo tengo derecho a juntarme con quien quiero, derecho a equivocarme y tengo derecho elegir quiénes son las personas que van a estar dentro de mi círculo de mi intimidad afectiva.
¿Qué efectos es capaz de producir el hecho de trabajar con gente tóxica?
Efectos muy positivos porque, paradójicamente, uno cree que poniendo límites a la gente agresiva, chismosa, descalificadora, los demás se van a enojar, nos van a rechazar y no nos van a querer. Y eso en un primer momento puede ser una reacción para seguir ejerciendo la manipulación, pero a la larga, la gente tóxica se ubica.
Cuando habla de ubicarse, ¿está hablando de acomodarse?
Claro, es como el abusador. El abusador no abusa de cualquiera, huele determinadas características, baja estima. En el caso del tóxico, miedo a ser rechazado, dificultad a decir que no, miedo al enojo, personas que tienen conductas evitativas, que evitan conflictos por todos los wines… Poner esos límites es lo que hacen los animales depredadores: cuando van a tener cría, demarcan visualmente un territorio, como los leones, y no dejan que nadie entre.
“El miedo a triunfar”
Usted tiene un libro titulado Autoboicot: ¿por qué la gente se autoboicotea?
Por la culpa. La culpa dice: no te lo merecés. Y uno muestra conductas, en general inconscientes, para perder lo logrado. Es el miedo a triunfar. Es la gente que, como decía Freud, “fracasan cuando triunfan”, entonces cuando le va bien y consigue un buen trabajo, empieza a tener conductas para que la despidan.
¿Y a qué se debe tal conducta?
Mientras uno está sufriendo o tiene determinadas carencias, la culpa está nivelada. Pero cuando a uno le va bien, si no tiene la culpa resuelta va a emerger y va a decir: “No te lo merecés”. Entonces, son las personas que llegan tarde, hacen mal el trabajo, se pelean con los compañeros, con los jefes… hasta roban. Porque inconscientemente lo están provocando para perderlo. Porque la culpa es bronca contra uno mismo que dice: tenés que sufrir.
¿Y ese tipo de gente, después, se arrepiente?
Claro. Por lo general no es consciente; la culpa es inconsciente. Es un mandato que sentimos que no alcanzamos y da bronca contra uno mismo.
¿Y de dónde viene esa culpa?
Venimos de una cultura del sufrimiento. Fijate que en los trabajos, en general, no se pagan por rendimiento o por logro.
Se paga por hora. Y tendría que ser al revés.
Sí, salvo algunas empresas que llegaron al país y modernizaron la cuestión, que paga por objetivos, etc.
¡Exacto! Y en las que triunfar está bien visto. En la cultura latina, una empresa que le va bien anda en algo raro… Ahora, a una empresa que le va bien en el primer mundo, decimos: “Mirá cómo trabaja”. Si a vos te va bien, lo más común es que te pregunten: “¿En qué curro andás?”.
Es decir, el éxito es sospechoso
Sí. Entonces esto qué hace, la fantasía es: si él tuvo éxito es porque me lo robó a mí. Y eso activa la envidia en el trabajo.
¿Se puede salir del autoboicot?
Efectivamente: elaborando las culpas. Hay que sentarse y revisar el mundo interior. Hoy nosotros sabemos que un trabajo es el 10% de aptitud, el conocimiento en la materia por la cual fui contratado, y un 90% de actitud.
¿Y por qué esa ecuación?
Porque el 90% de de cualquier trabajo son las relaciones con los demás. Entonces te contratan por tu capacidad, pero te despiden por tu carácter. Hay gente que tiene diez doctorados, estudió muchísimo, pero posee cero de inteligencia emocional. Entonces, se pregunta: ¿por qué el otro ascendió y yo, no, que estudié mejor? Y bueno, el otro sabe relacionarse mejor. Hay que mirar para adentro y tratar de ver qué mandatos yo he tenido en cuanto al fracaso y al éxito, qué me han enseñado, los egos, los imperativos que me transmitieron, en qué cosas me hacen sentir culpable; en fin: hacer un poquito de autoanálisis o ayuda terapéutica para elaborar esa culpa.
“Pasar de fracaso en fracaso”
¿Y cómo es eso de fracasos exitosos?
Quiere decir que para llegar al éxito hay que pasar de fracaso en fracaso. Si el fracaso te enseña es tu amigo, si no te enseña, tu enemigo. No hay que ligarlo a la autoestima, sino a un proceso de aprendizaje. Es tan importante saber lo que funciona como lo que no funciona.
Quiere decir que hay que sacarle el jugo al fracaso.
¡Es fundamental! No hay que decir: “Fracasé, soy un fracasado”. Fracasado no es el que cae, sino el que permanece caído.
Si uno no fracasa, ¿luego no puede triunfar?
En el camino al éxito hay fracasos por delante. Es indispensable. Es mentira que el camino al éxito existe sin las piedras del fracaso. Eso es parte del recorrido. Hay que disfrutar tanto la llegada a la cima como el camino.
¿Y cómo conseguir resultados extraordinarios? ¿En qué órdenes de la vida es bueno conseguir esos resultados para repercutan en mi trabajo cotidiano?
En todo. Hay que soñar, y los sueños es lo que esperamos. Y ése es el mañana: la esperanza. Cuando una persona tiene un mañana siempre estará motivada. Porque motivación viene de motivo y acción, tener un motivo que te acciona.
“Llega el que sabe relacionarse”
Hay muchos empresarios y comerciantes que leen esta WEB: ¿qué mensaje basado en tu experiencia les puede brindar para poder estar mejor, trabajar mejor, sentirse mejor con ellos mismos?
Que inviertan la mayor cantidad de su tiempo en inteligencia emocional. Que es la combinación de la intrapersonal, que es la capacidad de conocerse, y la interpersonal, que es la capacidad de conectar con los demás. No llega el que más sabe ni el que más estudió, sino el que sabe relacionarse. Todo logro es un logro de equipo, y nadie llega a la cima solo. No importa la calidad, es la cantidad de la motivación y la inteligencia emocional lo que nos va a llevar al éxito.
Fuente: www.Mundo Aftermarket.com Por Anibal Litvin anibal@aftermarket.com.arPeriodista
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