Cuando menos lo espero la vida me golpea. Cuando me siento más seguro y confiado, aparece la tragedia. Cuando mas necesito contar con alguien, soy rechazado. Cuando más débil me siento, más cargas me echan sobre los hombros. Parece como que la gente que me rodea quisiera desestabilizarme deliberadamente. Incluso mis seres queridos , que son quienes incondicionalmente tendrían que apoyarme, me rechazan. Ahora, aunque todo esto es una realidad , no me rindo, sigo adelante. No miro hacia atrás. A las palabras necias hago oídos sordos. A los que me envidian les tengo lástima. De los traicioneros me alejo. No me rindo. Pueden cortarme una pierna, pero con una sola pierna me basta para alcanzar mis sueños. Pueden sacarme un ojo, incluso pueden dejarme ciego, pero de todos modos llegaré a mi destino.Los que me critican se creen superiores, pero yo pienso que el que critica es porque es inferior. De hecho, el que se cree ser algo no siendo nada a si mismo se engaña. Delante de Dios somos todos iguales. Estamos en las mismas condiciones. Y si tenemos una viga en nuestro propio ojo no sirve de nada señalar la vasutira del ojo ajeno. No entiendo a la gente que vive criticando, con mala onda. No entiendo a aquellos que en vez de hacer el bien, siembran discordia. No entiendo a aquellos que en vez de amar crujen los dientes. No entiendo a aquellos que en vez de ayudar al prójimo lo pisotean. De todos modos, aunque todos estos males me rodean, no me rindo, sigo adelante. Mi destino no es el dolor, mi destino es el éxito.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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