viernes, 16 de octubre de 2009

Los envidiosos


Tenemos que alejarnos de las personas envidiosas. Cuando alguien nos quiere dar un consejo y nos dice que es una crítica “constructiva”, cuidado, estamos ante una persona envidiosa. La envidia siempre va lastima, enferma, intoxica las relaciones interpersonales. La envidia amarga el espíritu. La envidia es un perjuicio tanto para el que la siente como para el envidiado. El que descalifica y habla mal de todo el mundo es un envidioso. Pero que admira a los que están mejores que él es una persona madura. Madurez es valorar lo que se tiene, y trabajar por superarse. La envidia es sinónimo de inmadurez, pero estar satisfecho con uno mismo es sinónimo de madurez. Envidiar es de enanos, pero admirar a los demás es de gigantes.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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