Dentro de las iglesias existen mentiras que atan a los cristianos al fracaso y la maldición. Muchos pastores siembran culpa, tratan como basura a la gente, dicen que la vida cristiana es un camino de sufrimiento, sacrificio, dolor. Si no sufrís es porque seguramente sos un mundano, estas viviendo livianamente. Ahora, la verdad es que si Cristo murió en la cruz es para que nosotros tengamos vida en abundancia. Cristo llevó en la cruz nuestras enfermedades y por esto tenemos salud y ninguna plaga tocará nuestro morada. La vida cristiana no es un camino de sufrimiento, es un camino de prosperidad y abundancia. No hace falta sufrir ni sentirnos condenados para ser bendecidos. Dios quiere que vivamos con gozo y alegría. Cristo sufrió para que nosotros no tengamos que sufrir. Cristo se hizo pobre para que nosotros fuésemos enriquecidos.
Otra mentira que han transmitido los pastores legalistas es que ellos son las únicas personas con autoridad para opinar. Si tenemos una pregunta o alguna duda tenemos que preguntarles a ellos porque si no lo hacemos es porque estamos en rebeldía. Los legalistas dicen que los pastores son la cabeza de la iglesia, cuando en realidad hay muchos ministerios y todos los miembros se ayudan entre sí. Los pastores no tienen la última palabra. La última palabra la tiene Dios y si tenemos fe Dios puede y quiere bendecirnos. No necesitamos ningún intermediario humano para acercarnos a Dios. Al único que necesitamos es a Jesús porque él es el único camino a Dios y si creemos en Jesús tenemos derecho a ser bendecidos y prosperados. Los pastores legalistas no son mentores de nadie porque no conocen a Dios. El pastor que conoce a Dios ayudará a que sus hermanos también conozcan a Dios y tengan fe.
Dios no esta al servicio de los pastores. Dios esta para bendecir a todas aquellas personas que tengan fe y estén dispuestas a aceptar la bendición de Dios. Dios quiere que experimentemos su presencia y no nos atemos a ritos religiosos que en vez de acercarnos a Dios nos alejan. Cuando los legalistas toman la cena del Señor parece que estamos ante un tribunal donde todos seres condenados. Los legalistas ponen en énfasis en las palabras: “…el come del pan y bebe del vino indignamente será condenado…”. En vez de comunicarnos condenación tendrían que participar de la Santa con gozo ya que la cena del Señor es un recordatorio de las múltiples bendiciones que el Señor ganó para nosotros con su muerte en la cruz. Los cristianos no vamos a la iglesia para recordarnos unos a otros cuan pecadores somos ante Dios, vamos a la iglesia a disfrutar de la presencia de Dios y para que Dios nos ayude a liberar nuestro potencial y hacer realidad todos nuestros sueños. Los pastores ignorantes no son mentores de nadie porque no entienden nada. Creen que la religiosidad y los ritos nos conducen a Dios, pero la realidad es que el legalismo nos aleja de Dios. Lo que nos conduce a Dios es la oración, la fe y la declaración de victoria. Dios nos llamó a la bendición, él quiere bendecirnos. Los pastores legalistas descalifican porque son emisarios del diablo. Maltratan a sus feligreses con culpas porque no conocen a Dios, dicen que hagamos lo que hagamos para Dios somos siervos inútiles. Pero los pastores que conocen a Dios son mentores de la gente y ayudan a que las personas tengan fe y hagan realidad sus sueños. Dios quiere que tengamos fe. Si los legalistas no tienen fe ni creen en la capacidad de soñar y además, tienen espíritu de condenación, no nos juntemos con ellos ni los escuchemos. Escuchemos a los pastores que nos hablan de bendición y paz. Escuchemos a los pastores que nos transmiten principios de fe para desarrollar nuestro potencial y alcanzar nuestros sueños. No somos basura, somos hijos de Dios.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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