sábado, 18 de abril de 2009

Dios nos da descanso

El mundo corre a un ritmo frenético. Los astronautas zumban por el espacio y los turistas brincan de continente en continente. El hombre acelera su auto y su vida a toda velocidad. Y de tanto correr muchos se están quemando, quedando desgastados e insatisfechos. Los psicólogos y psiquiatras le llaman a este desgaste emocional y físico, el síndrome de Burnout o estarse quemado. Correr da la sensación de vivir, pero esto lo único que produce es agotamiento emocional, baja realización personal y despersonalización. El cansancio físico es abrumador, se pierde la vitalidad y disminuyen los recursos personales. El cinismo y las actitudes negativas toman el control del individuo que esta quemado y el nerviosismo, el agotamiento, la taquicardia, en fin, un malestar difuso generalizado anula a la persona por completo.

En esta nota no voy a abordar el síndrome de Burnout desde el punto de vista médico ya que no lo soy, pero tengo un mensaje para todas aquellas personas que se sienten desgastados e insatisfechos. Quiero decirles que Dios puede darles descanso. Cristo es la respuesta al cansancio y al desaliento, él puede darnos descanso. G. K. Chesterton describió perfectamente a la sociedad actual: “En todas partes hay velocidad, ruido y confusión. En ninguna parte hay felicidad profunda y corazones tranquilos”. La paz y el descanso son consecuencia de entregarle nuestros problemas y preocupaciones a Dios en oración. El salmo 27:14 dice: “Aguarda a Jehová…y aliéntese tu corazón”.
Los seres humanos estamos obligados a transitar en este ardiente desierto llamado mundo, pavimentado de privaciones, sinsabores, lágrimas y fatigas. El cansancio y el desgaste emocional son un síntoma muy frecuente. Por supuesto que el cansancio pasajero es muy habitual en la vida diaria, pero cuando el cansancio se prolonga es porque realmente estamos agotados y quemados. Gracias a Dios, sin embargo, los cristianos no tenemos porque frustrarnos ante el cansancio prolongado ya que existe un lugar de paz y descanso, felicidad y esperanza, y se encuentra en una relación íntima con el Señor. En Cristo tenemos la solución a todos nuestros problemas. En Dios existe descanso para todas nuestras fatigas. “Mi presencia irá contigo y te daré descanso”, nos dice Dios. (Éxodo 33:14).

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar