miércoles, 4 de marzo de 2009

Felicidad indestructible

La felicidad es posible. No depende de las circunstancias. La felicidad del cristiano proviene de la íntima relación con Dios. Jesús dijo que él vino a dar vida y vida en abundancia. Si confiamos en él vamos a encontrar paz y seguridad. El que tiene tiempo para Dios tiene tiempo de ser feliz. El salmo 37:5 dice que si encomendamos a Dios nuestro camino y confiamos en él, él hará. Los deístas dicen que Dios creó a los seres humanos y los dejó en el planeta tierra para que sean gobernados por las leyes naturales, es decir, los dejó solos, a la deriva. Esto no es verdad. De hecho, Dios interviene en los asuntos de los hombres y por supuesto, interviene cuando los hombres confían en él sobre todas las cosas.

“Jesús enseñó que la felicidad no es fruto de una experiencia aislada, ella es resultado de una jornada —la adopción de un estilo de vida. La vida abundante no se encuentra, ella se construye. Los dichosos son llamados «felices» no porque pasaron por una experiencia mística o esotérica, sino porque vivieron de tal manera que la felicidad fluyó. Los valores del reino de Dios producirán en ellos una satisfacción real. Significa que la felicidad no viene de afuera hacia adentro, sino que ella fluye de dentro hacia fuera. Un ángel no toca a nadie para que sea feliz. Si hubiera una intervención angelical, ella serviría para revelar o dotar a personas de fuerzas para que practiquen lo necesario para encontrar alegría eterna”, escribió Ricardo Gondim en su artículo titulado: La felicidad sin secretos.
Si depositamos nuestra confianza en Dios y si apoyamos nuestro caminar en sus enseñanzas vamos a alcanzar la felicidad. Felicidad es hacer la voluntad de Dios. Felicidad es acatar los consejos de Dios. Felicidad es amarnos a nosotros mismos y amar al prójimo. Los hombres evidentemente tienen que recurrir al Creador si quieren encontrar la salvación y la paz, porque sin Dios somos vencidos por los imposibles. Ahora, si Dios es nuestro escudo vamos a lidiar con los dardos del enemigo, saliendo airosos en todas las pruebas de la vida. Dios es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. "El Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz, y gozo en el Espíritu Santo", dijo el apóstol Pablo en Romanos. 14:17. Si amamos a Dios podemos ser felices…

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar