lunes, 2 de febrero de 2009

Buenas decisiones: Felicidad y éxito

“La toma de decisiones es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las alternativas o formas para resolver diferentes situaciones de la vida, estas se pueden presentar en diferentes contextos: a nivel laboral, familiar, sentimental, empresarial, etc., es decir, en todo momento se toman decisiones, la diferencia entre cada una de estas es el proceso o la forma en la cual se llega a ellas”. Las decisiones le dan dirección a la vida. Una mala decisión conduce a la bendición y una mala decisión conduce a la desgracia. Lamentablemente la mayoría de las personas tomamos malas decisiones porque las tomamos en momentos de crisis. Cuando decidimos con pocos elementos, poca información, improvisadamente, sin conocer el texto y el contexto de las circunstancias, vamos a fracasar porque las decisiones impulsivas conduce a más impulsividad. En fin, decidir en problemas es meterse en más problemas. Cuando decidimos influenciados por conflictos internos vamos a cosechar más conflictos. Las malas decisiones minimizan las posibilidades de éxito.

Las buenas decisiones atraen la bendición, la alegría, la felicidad. Tomar buenas decisiones implica dar soluciones a los problemas, implica un juicio definitivo sobre un asunto. Para tomar buenas decisiones hay que tener sentido común, hay que resolver problemas, ser determinados. No hace falta ser un genio o ser universitario para tomar buenas decisiones. Simplemente hace falta tener sentido común. Saber como funcionan las cosas hace que uno se de cuenta que falta o que sobra en la propia vida. Decidir bien es llenar lo que esta vacío y vaciar lo que necesita vaciarse. Hay personas que deciden mal porque les falta sabiduría. Hay quienes se quejan de su pobreza pero no trabajan por cambiar su condición. Hay quienes se quejan de su enfermedad y no van al médico. Hay quienes se quejan de la obesidad pero no hacen ejercicio. Si queres tomar decisiones correctas desarrolla tu sabiduría. “La toma de decisiones consiste, básicamente, en elegir una alternativa entre las disponibles, a los efectos de resolver un problema actual o potencial, (aún cuando no se evidencie un conflicto latente)”.
Ser razonables y pensar en las consecuencias de nuestros actos, nos permite administrar las oportunidades, sacar provecho de nuestras elecciones de vida, decidir exitosamente. Debemos ser rápidos al evaluar las alternativas de acción. En la vida nada es azar, nada funciona por casualidad, todo tiene un porqué, cómo, un dónde, un para qué. Vuelvo a repetirlo, para tomar buenas decisiones es necesario conocer, comprender, entender, analizar, desmenuzar, seleccionar, separar, ver, advertir y percibir que las soluciones a todos nuestros problemas se encuentran delante de nuestros ojos. Las decisiones nos atañen a todos ya que gracias a ellas podemos tener una opinión crítica. Las buenas decisiones conducen al éxito. Seamos razonables.

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar