jueves, 4 de diciembre de 2008

Con un fin en mente

Toda persona que pretende desarrollarse requiere que planifique su vida. En la vida nada llega por casualidad o por cuestión de suerte. Si queremos ser preactivos se requiere que planeemos y establezcamos metas, objetivos y que seamos perseverantes. Se requiere que optimicemos el aprovechamiento de nuestras capacidades y talentos, siendo capaces de trabajar en nuestros puntos fuertes, de tal modo que nuestras debilidades vayan desapareciendo solas.
Concretamente es necesaria una buena planificación con metas y objetivos bien definidos, cuidando los detalles pequeños, aspecto que en nuestro entorno mucha gente ha descuidado y se ha identificado más con la improvisación y no ha sabido contraatacar los efectos de algunas variables circundantes que muchas veces se tornan amenazadoras.

Stephen Covey, en su ensayo Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, dice que cada vez que emprendamos o hagamos algo en la vida lo debemos empezar con un fin en mente. “Este hábito, dice Covey, consiste en que nuestra conducta no la debe regir el capricho ni el azar, debemos tener objetivos precisos a los cuales acercarnos: Un título universitario, comprar una casa o un carro, mantener una relación armoniosa con nuestros familiares y compañeros de trabajo. Cada vez que tomemos una decisión importante debemos decidir si ésta nos acerca o nos aleja de nuestros objetivos”.
Cuando seleccionamos los procedimientos y las estrategias que vamos a emplear en la realización de nuestros proyectos personales seguramente sacaremos mayor provecho a nuestras elecciones de vida. Si nuestros objetivos son precisos en nuestras mentes, donde es donde gestionamos en primer lugar nuestras vidas, entonces desarrollaremos una cultura interior de crecimiento personal, es decir, estaremos actuando proactivamente.
La improvisación conduce al caos, la desorganización y el fracaso, pero la planificación y la previsión conducen a buenos resultados. Cuando en nuestra mente hemos establecido metas y objetivos bien definidos vamos a enunciar con solidez pasos firmes que nos proporcionará además de paz mental y tendremos el criterio adecuado para medir el éxito y darle su debida importante a los fracasos. En conclusión, la buena planificación de las metas y los objetivos sirven de base para una buena administración de nuestras capacidades, talentos y anuncian nuestro éxito personal. Recordemos esto y llegaremos a nuestro destino elegido.


Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar