lunes, 1 de diciembre de 2008

Superando la desmotivación


El diccionario define la desmotivación como un sentimiento de desesperanza ante los obstáculos; o un estado de angustia y pérdida de entusiasmo, energía o motivación. Cuando una persona esta desmotivada no tiene ganas de hacer nada, se encuentra en un estado de bloqueo mental, psicológico, físico, no le interesa mejorar su vida y se conforma con su situación. Creo que toda persona en algún momento de su vida tiene que lidiar con la desmotivación, así que vamos a hablar sobre como podemos superar los estados de desmotivación. Ante todo vale decir que no tenemos porque permanecer desmotivados cuando podemos estar motivados y avanzar hacia nuestros objetivos. “Para el Conferencista, Orientador de la Conducta y Escritor, Renny Yagosesky, la desmotivación es un estado interior limitador y complejo, caracterizado por la presencia de pensamientos pesimistas y sensación de desánimo, que se origina como consecuencia de la generalización de experiencias pasadas negativas, propias o ajenas, y la autopercepción de incapacidad para generar los resultados deseados. Desde su punto de vista, la desmotivación puede resultar claramente nociva si se convierte en una tendencia recurrente o estable, pues tiende a afectar la salud, a limitar la capacidad de vinculación y a desfavorecer la productividad por cuanto afecta la confianza en uno mismo, el flujo de la creatividad, la capacidad de tomar riesgos y la fuerza de la voluntad”.

Ahora, ¿cómo hacemos para estar motivados cuando las cosas no andan bien? ¿De que manera logramos sobreponernos a los reveses de la vida? Como dijo el orientador de la conducta antes citado, la desmotivación puede resultar nociva, por lo tanto debemos luchar por erradicarla de nuestra mente. Y para superar la desmotivación creo que debemos tener en cuenta tres cosas: Primero: Imploremos a Dios y contémosle lo que nos pasa. El salmo 69:1-2 dice: “Sálvame, Dios mío, que las aguas ya me llegan al cuello. Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda, y no tengo dónde apoyar el pie. Estoy en medio de profundas aguas, y me arrastra la corriente”. (Ver también: Salmos 51:1-18, Salmos 32:3-8).
Segundo: Entreguémosle a Dios nuestra ansiedad. Primera de Pedro 5:7 dice: “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”. (Ver también Filipenses 4:6-7, Proverbios 3:5-6, Mateo 6:33-34).
Y en tercer y último lugar: Pidámosle paz. Juan 16:33 dice: " Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo". (Ver también: Isaías 26:3-4, Filipenses 4:6-8).

¡Con la ayuda de Dios podemos superar la desmotivación!


Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar