martes, 7 de octubre de 2008

Cómo conversar placenteramente

Desde que comenzamos a hablar comenzamos a conversar. El ser humano es por naturaleza un conversador porque tiene la intrínseca necesidad de comunicarse. Todo el día estamos hablando. Las palabras ejercen una influencia poderosa sobre la gente. Por ser buenos conversadores muchas personas han alcanzado el éxito y otras por hablar mal y expresar pensamiento o ideas con mal tono lo han perdido todo. La palabra conversar viene del latín “conversus” que significa “convertirse”. Es decir, a medida que vamos conversando nos convertimos en alguien distinto, nos transformamos a través de la palabra. La importancia de conversar no es un tema trivial ya que los psicólogos y los psiquiatras reciben cada vez más consultas de personas que acuden a ellos con el fin de ser escuchados. Según los expertos en relaciones interpersonales, la soledad será uno de los problemas sociales más acuciantes del próximo milenio en los países más desarrollados. Por lo tanto, saber conversar es de vital importancia para poder abandonar la soledad y el aislamiento.
Hay varios principios que nos permiten entablar conversaciones beneficiosas. Un principio para tener éxito en las conversaciones es saber decir las cosas. Podemos decir la verdad de un modo incorrecto de tal modo que nadie nos crea y podemos hablar la mentira con el tono correcto de tal modo que todos crean nuestras mentiras. Entonces, un buen conversador dice las cosas de buen humor, con el tono correcto, en el momento correcto. Cada vez que debamos decirle algo importante a alguien debemos ser pertinentes, es decir, esperar el momento oportuno para expresar lo que pensamos y sentimos. Antes de decir algo debemos observar si el otro esta receptivo, debemos pensar, teniendo en cuenta que lo que decimos puede acercarnos o alejarnos de otras personas. Por eso dicen los expertos en comunicación interpersonal que si tenemos que elogiar a alguien debemos hacerlo en público pero si tenemos que criticar a alguien tenemos que hacerlo en privado. El contexto correcto conduce la conversación correcta.
Otro principio que nos ayuda a tener éxito en nuestras conversaciones es compartir lo que pensamos sin procurar ganarle a nadie. La mayoría de las personas quieren ganar las conversaciones, lo cual es un error porque en nuestras conversaciones no debemos intentar ganarle a nadie sino comunicar nuestra opinión. Nunca debemos reaccionar mal ante algo que nos digan, antes bien, debemos analizar, siempre tomando lo bueno y rechazando lo malo. En las conversaciones hay dos tipos de personas. Los que quieren comunicarse y los que quieren mostrarse. Los buenos conversaciones son buenos comunicadores. Lo importante no es ganar una conversación, lo importante es ganarte a la gente. Si sabemos decir las cosas con las palabras correctas, en el momento correcto, seremos grandes conversadores, atrayendo a las personas.
Otro principio es darle valor a la gente. Para conversar necesitamos otra persona. Por lo tanto si no le das valor a la gente nadie va a querer conversar con vos, pero si valoras a la gente, si ves lo bueno en los demás, entonces la gente va a querer conversar con vos. Recorda que es agradable ser importante, pero más importante es ser agradable. Al amar a la gente atraemos la gente. Nuestro modus operando aumenta el riesgo de quedar aislados de otros. Por esto es tan importante mejorar nuestra comunicación interpersonal, reivindicando el placer la conversación, aumentando el interés por confrontar con otros nuestras vivencias, opiniones y sentimientos. La comunicación es un acto creativo cuyo éxito no se mide sólo por el simple hecho de que el otro entienda lo que decimos, sino también porque el otro aporte su propio mensaje y sienta la necesidad de conversar con nosotros. La interacción humana, la comunicación interpersonal, es la base en la que se forja la convivencia, y una necesidad humana tan esencial como el descanso, la vestimenta o el alimento. Es en la comunicación donde la persona se construye como el ser complejo que es y donde se produce la socialización. Es un camino, una vía desde la que nos encontramos a nosotros mismos mediante el diálogo con los otros. Ser es ser percibido.


Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar