martes, 19 de agosto de 2008

La semilla del pecado

Los seres humanos no hemos sido creados para transmitir violencia sino bondad. El odio, la envidia, la indiferencia, el narcisismo y el individualismo feroz que rigen a los habitantes del siglo XXI, lo único que han gestado en la humanidad es muerte y destrucción.

Dios es amor y nosotros hemos sido creados a su imagen. Por lo tanto, lo que nos construye es el amor porque para eso fuimos creados. Cuando una persona ama deja de ser egoísta. Adán vio a Eva y la amó. Y aunque sabemos que fueron expulsados del paraíso por desobedecer al creador, jamás se separaron. Se amaron.
Pero lamentablemente sus descendientes tuvieron que sufrir las consecuencias de su desobediencia. De hecho, Caín asesinó a su hermano Abel y gradualmente a través de la historia de la humanidad se fueron sucediendo actos de violencia y de una u otra forma, la historia de estos dos hermanos se repite constantemente.
Al principio, el pecado cometido por Adán y Eva era una pequeñita semillita de maldad, pero con el paso de los siglos esa pequeñita semillita se ha convertido en un árbol gigantesco, en cuyas ramas se posan todo tipo de pájaros malditos.
Como dije al principio, hemos sido creados para la bondad. La bondad es lo que nos exalta, nos engrandece. El pecado y el odio empequeñecen, más el amor libera. Cada vez que un ser humano daña, hiere o lastima a su semejante, el pecado oscurece la mente humana, pero cuando el amor se expresa, el amor de Dios sana los corazones y hace que la armonía tome el control.


Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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