viernes, 29 de agosto de 2008

La función creativa del trabajo


Etimológicamente trabajo deriva de una tortura medieval cuyo nombre en latín era tripalĭum (tres palos), se extendió el verbo tripaliāre como sinónimo de torturar o torturarse, posteriormente la palabra cambió en el castellano antiguo a trebejare ya con el significado de esfuerzo y luego surgió trabajar como sinónimo de laborar.

En fin, la definición que nos ocupa en este artículo es la última. Porque al mundo vinimos a trabajar. Según Hesíodo el trabajo es el destino universal del hombre. Lo que garantiza el bienestar físico y emocional de una persona es el trabajo. Dios creó al hombre con el propósito de hacerlo trabajar.

En el libro de Génesis dice que Dios creó al primer hombre y lo puso en el huerto del Edén para que lo labrara y lo guardase. El trabajo no solamente provee bienestar sino que también hace que estemos ocupados y forjemos un futuro. Trabajar es crear, inventar, construir.

Los hombres estamos llamados al trabajo, es nuestra principal actividad. El trabajo es un deber y un derecho mediante el cual colaboramos con Dios. Al trabajar con empeño, diligencia y competitividad, empleamos nuestras capacidades inscritas en nuestra naturaleza, alabando a nuestro Creador con nuestros dones y talentos.

El trabajo es un servicio dirigido a uno mismo y a los demás. Servimos a la sociedad. Servimos a la vida. Por esto será que Aristóteles dijo que lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.

Julio césar cháves Escritor78@yahoo.com.ar

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