lunes, 28 de julio de 2008

La mentira, la culpa y la depresión


En el film El gran pez de Tim Burton, el personaje principal Edward Bloom hilvana historias que el espectador termina por creerlas reales, o al menos concederles el beneficio de la duda. Bloom es un mitómano, un individuo que miente compulsivamente. Aunque la mitomanía causa rechazo, es un impulso difícil de reprimir. Con frecuencia, el que padece esta enfermedad tiene la tendencia morbosa a desfigurar y falsear la realidad, haciéndola más soportable, entre comillas por supuesto; y lamentablemente el que miente de esta manera no mide las consecuencias de su mentiras, con tal de maquillar una realidad que considera inaceptable urdiendo todo tipo de sistemas delirantes. Esta característica está asociada a trastornos de personalidad graves y se puede relacionar con dos tipos de caracteres: por un lado, los necesitados de estimación, y por otro, los que sufren un trastorno de personalidad hipertímica, es decir, las personas que tienen un ánimo muy elevado (superficiales, frívolos, impacientes temperamentales).

Las causas que rigen la mitomanía son muchas, y entre ellas se destacan: La insatisfacción, que es básicamente la necesidad significativa de recibir afecto y ser admirado; La conducta ambivalente, que consiste en decir una cosa y hacer otra, aparentar, ostentar, presumir; y en último lugar, pero creo que es el más importante, una baja estima, que se manifiesta en personas que no se aceptan como son o tienen un pasado muy tortuoso y que por esto pueden llegar a “crear” una realidad paralela más satisfactoria. Aunque debajo de la superficie el mitómano es una persona enferma, al mismo tiempo tiene características que la hacen dañina para los demás pero sobre todo para si misma. Su mitomanía lo hace convincente, manipulador y su discurso suele ser verosímil y puede tener un gran talento histriónico. Tristemente el mitómano no acepta que tiene un problema y mantiene sus mentiras hasta que es descubierto y las debe reconocer.

El psiquiatra Eduardo Kalina dijo que “el mitómano actúa su fábula en la sociedad, y puede llegar a convertirse en un personaje que su imaginación creó”. A este respecto el Tratado de Psiquiatría de E. Bleuler, arguye que “el paciente que porta esta patología inventa episodios novelescos y los narra como si realmente hubieran ocurrido. Es consciente de la fantasía, pero a veces, por períodos de duración variable, puede creerlas y vivir así en un mundo de realidad”. Una psicóloga dijo que los mitómanos suelen ser personas insatisfechas con sus vidas, con culpa y depresión, personas que necesitan fantasear para hacer sus tristes vidas más atractivas a sus semejantes. Imaginan cada detalle de su historia para causar una buena impresión, ya que no se sienten seguros de ser aceptados tal cual son. “Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver”, dice un proverbio judío.

Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno yo he vivivo tres años y medio con un mitomano, no son malos pero no se dan cuenta que con sus mentiras destruyen a la familia, en mi caso nos llebo a la ruina economica, con dos niños. He intentado buscar ayuda para poder ser una familia otra vez pero nose a quien acudir ni donde.