Un criterio sano acepta su pasado y si vuelve atrás es para no cometer los mismos errores cometidos en el pasado. La persona sólida tiene asumido su pasado porque sabe que el pasado es algo que va a permanecer igual toda la vida. Por lo tanto, entiende que lo único que puede hacer es cambiar la interpretación de lo que le sucedió. Los que piensan sólidamente saben que el éxito y la superación no llegan por casualidad. Por el contrario, todo exige esfuerzo, trabajo, diligencia, perseverancia. El que sabe lo que quiere no fija sus ojos en sus debilidades, antes al contrario, trabaja en sus puntos fuertes porque entiende que si trabaja en sus virtudes sus debilidades paulatinamente irán desapareciendo.
En su ensayo El hombre en busca de sentido, el psiquiatra austríaco Viktor Frankl, discípulo de Freud y fundador de la logoterapia, dice que nuestro mundo padece de un vacío existencial caracterizado por la falta de sentido. Según Frankl, hay cuatro elementos que le dan sentido a la vida, que son: “realizar una vocación, superar un destino adverso, un gran amor, una fe religiosa”. Las palabras de Frankl están íntimamente relacionadas con las cuatro características descritas por Rojas. Necesitamos trabajar por nuestros sueños, ejercer nuestras habilidades, percibir y ser percibidos, instalarnos en la realidad de modo coherente, relacionarnos con Dios, darles a cada cosa su justa importancia, trascender lo efímero, esperar el porvenir, estudiar, capacitarnos, entregarnos a la vida, disfrutar, avanzar hacia nuestro destino auto-gestado. “La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste”, dijo Viktor Frankl.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
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