viernes, 28 de marzo de 2008

No me malinterpretes


Interpretar es explicar o declarar el sentido de una cosa, de una escritura poco clara, etc. Traducir de una lengua a otra. Entender una acción o un dicho. Desempeñar los actores un papel en una obra. Ahora, malinterpretar es todo lo contrario. Malinterpretar quiere decir tergiversar el sentido de una cosa, escuchar una cosa y cambiarle el sentido a lo que escuchamos. Seguramente te ha pasado que hablaste con alguien, le dijiste alguna cosa y el otro te interpreto mal. Vos dijiste algo con buenas intenciones y los demás pensaron que lo dijiste con otra intención. Las malas interpretaciones han generado muchos problemas en las relaciones humanas. Alguien dice una cosa y el otro interpreta otra diferente. Entonces aparece la violencia.


Cuando un ser humano quiere comunicarse con otro ser humano debe hablar, comunicarse, expresar lo que siente y piensa. Si hablamos claramente, con coherencia, el otro nos entiende, pero cuando hablamos con malas intenciones, el otro es posible que reciba un mensaje ofensivo. Alguien dijo que el principal vehículo tanto de las bendiciones como de las maldiciones son las palabras. Es decir, hablando podemos transmitir bendición o maldición. Esta es una cuestión que hacemos deliberadamente. Somos conscientes de lo que decimos. Así pues, muchas veces decimos una cosa, y aunque pretendemos comunicar bendición, somos malinterpretados. Tal vez sucede esto porque el otro tiene alguna objeción, no esta de acuerdo con nosotros en algo. Entonces, interpreta subjetivamente lo que pronunciamos.
Cuando escuchamos con empatía somos objetivos, escuchamos lo que el otro dice sin tergiversaciones. Pero cuando sentimos reticencia hacia el emisor es posible que escuchemos con desencanto, indiferencia, desamor. “Aquellos cuya conducta se presta más al escarnio, son siempre los primeros en hablar de los demás”, dijo Moliere. Como dije líneas arriba, la mal interpretación en las conversaciones genera violencia, antagonismo, pleitos, envidias, rivalidades. Por todo esto debemos explicar o comunicar lo que pensamos o sentimos con sentido de coherencia. Hablar claramente significa que buscamos comunicarnos con el otro objetivamente, sin prejuicios o conceptos prefabricados. Recordemos finalmente lo que dijo John H. Newman y nos comunicaremos con mayor eficacia: “Mucha gente cree que discrepa de los demás y lo que pasa es que no tienen valor para hablar unos con otros”.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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