domingo, 9 de marzo de 2008

Cuando el hombre cierra una puerta, Dios abre un portón


Hace un par de semanas en la iglesia donde me congregó el pastor dijo quien quería dar testimonio. Pasaron muchos hermanos y testificaron de la manifestación del poder de Dios sobre sus vidas, sobre sus familias y finanzas. El testimonio que más me gusto fue el de un hombre de cuarenta años, el cual trabajo en el campo. Este hermano contó que se había quedado sin trabajo y durante una semana estuvo muy mal por haberse quedado sin trabajo y por lo tanto sin ingresos. Para colmo también lo aquejaban problemas con su hija menor de quince años. Él es divorciado y concurre solo a la iglesia. Muchas veces le había pedido a Dios que sus hijos pudieran conocer a Cristo, pero cada vez que hablaba con sus hijos del Señor, parecía que la posibilidad de que vayan a la iglesia era cada vez más remota. Luego de una semana, durante la cual oro y busco a Dios, apareció un hombre en su casa, ofreciéndole un trabajo mejor que el que tenía antes. Este hombre se puso contento y cuando dio testimonio dijo: “Cuando el hombre cierra una puerta, Dios abre un portón”.

Jhon Bunyan dijo: “En la oración es mejor tener el corazón sin palabras que palabras sin el corazón”. Posiblemente este hombre no era ni es perfecto, pero he hablado con él y sé que Dios escucha sus oraciones porque cada vez que cierra sus ojos y clama a Dios lo hace de corazón. Cuando oramos con palabras del corazón Dios nos escucha. Por supuesto que él es soberano y tal vez responda de una manera que nosotros no esperábamos, pero sus respuestas siempre son pertinentes, inmanentes. Quizá su no equivale a una bendición. A veces también hay que esperar.
Una vez leí un cuento donde un pastor de un pequeño pueblo comenzó a orar porque un tornado había volado el techo de su templo. Todos sabemos que un día para Dios es como mil años y mil años a su vez es como un día. Teniendo en cuenta esto, al oír que este líder religioso le estaba pidiendo dinero para reparar su templo, Dios le respondió: “Espérame un segundo”. Tal vez parece una respuesta irónica de parte de Dios, pero Dios responde como quiere. Es más, lo importante es que Dios responde como quiere y debe hacerlo. Si Dios dijera a todas las oraciones un si creo que se desataría una catástrofe. En el film Todopoderoso, Bruce Nolan, un reportero de televisión, al cual Dios le permite que sea él por una semana, responde a todas las oraciones que atestaban su cabeza con un si y entonces se desata la tragedia. Lo mismo con nosotros los creyentes, si Dios respondería con un si todas nuestras oraciones sería una catástrofe.
Cada vez que oremos siempre debemos tener en cuenta que si le pedimos a Dios que nos saque una carga de la espalda y él no lo hace, posiblemente signifique que nos dará una espalda más fuerte para poder resistir. En realidad lo que debemos esperar de nuestro Padre cuando pasamos por circunstancias densas es que él nos manifiesta su amor, su orientación y sabiduría. En fin, cada vez que oremos al Señor recordemos que “con cinco letras se construye una oración completa: JESUS”.


Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

No hay comentarios.: