El término asertividad proviene del latín asserere, assertum que significa afirmar. Ser asertivo consiste en afirmar la propia personalidad, confiar en uno mismo, tener una buena autoestima, tener vitalidad, comunicarnos confiablemente. Algunos psicólogos consideran a la asertividad y las habilidades sociales como sinónimos. De todas formas, considero que la asertividad es una de las tantas partes que constituyen las habilidades sociales. La asertividad nos permite mantener la coherencia entre los pensamientos y el comportamiento, nos permite defender los derechos individuales sin agredir ni ser agredidos por otros. Con asertividad expresamos lo que sentimos, pensamos y creemos, asumiendo las consecuencias de nuestros actos, valorando, aceptando y respetando a los demás.
La persona asertiva es aquella que mantiene una comunicación madura, manteniendo convicciones firmes, creencias sólidas, defendiendo sus derechos. El escritor y orientador de la conducta, Renny Yagosesky dice que la asertividad se trata de una categoría de comunicación compleja vinculada con la alta autoestima y que se puede aprender como parte de un proceso amplio de desarrollo emocional. Yagosesky define la asertividad como una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa, equilibrada, cuyo fin es comunicar ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.
Plantea, también, que la asertividad es necesaria y conveniente a causa de los beneficios que genera, entre los que destaca los siguientes: A- Favorece enormemente la confianza en la capacidad expresiva. B- Potencia la autoimagen positiva, pues favorece el sentido de eficacia personal. C- Genera bienestar emocional. D- Mejora la imagen social pues promueve el respeto de los demás. E- Favorece las negociaciones y el logro de objetivos que dependan de la comunicación en general. Ser una persona asertiva consiste en asumir un rol entremedio entre una actitud pasiva o inhibida y otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en lo que decimos se manifiesta en nuestro lenguaje corporal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión del rostro y en el tono de voz. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente. Cuando somos asertivos nadie nos va a manipular en ningún área de nuestra vida y conservaremos nuestra autoestima sana. Es la asertividad una habilidad que implica crecimiento, inteligencia, dominio propio.
Cuando somos asertivos vamos a expresar correctamente lo que pensamos sin distorsiones cognitivas ni ansiedad. La asertividad hace que decir no, cuando es necesario, sea fácil. Claro que esto requiere valor, claridad mental, y capacidad para evitar conflictos interpersonales. Con espontaneidad, sin generar tensión, y sin deteriorar nuestra relación con el otro, vamos a decir no, vamos a establecer límites y los demás nos amaran por ello. En la vida hay que saber negocias, hay que saber entablar una conversación equilibrada, y eso lo logramos con asertividad. Jamás debemos sentirnos cohibidos si tenemos que contradecir a los demás, pero si decimos algo contrario a las ideas de nuestro interlocutor debemos hacer con respecto, equidad, altruismo. Entonces, las negociaciones avanzaran hacia el bienestar de todos. El buen funcionamiento de las relaciones interpersonales depende de nuestra manera de comunicarnos. Es más, a veces es mejor no llegar a ningún acuerdo que llegar a un acuerdo que nos perjudique o perjudique a otra persona. En conclusión, la asertividad esta basada en el respeto, lo cual constituye la libertad de poder expresarnos libremente, siempre valorando, aceptando y respetando a nuestros semejantes y por sobre todas las cosas, asumiendo la responsabilidad nuestro comportamiento.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
La persona asertiva es aquella que mantiene una comunicación madura, manteniendo convicciones firmes, creencias sólidas, defendiendo sus derechos. El escritor y orientador de la conducta, Renny Yagosesky dice que la asertividad se trata de una categoría de comunicación compleja vinculada con la alta autoestima y que se puede aprender como parte de un proceso amplio de desarrollo emocional. Yagosesky define la asertividad como una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa, equilibrada, cuyo fin es comunicar ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.
Plantea, también, que la asertividad es necesaria y conveniente a causa de los beneficios que genera, entre los que destaca los siguientes: A- Favorece enormemente la confianza en la capacidad expresiva. B- Potencia la autoimagen positiva, pues favorece el sentido de eficacia personal. C- Genera bienestar emocional. D- Mejora la imagen social pues promueve el respeto de los demás. E- Favorece las negociaciones y el logro de objetivos que dependan de la comunicación en general. Ser una persona asertiva consiste en asumir un rol entremedio entre una actitud pasiva o inhibida y otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en lo que decimos se manifiesta en nuestro lenguaje corporal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión del rostro y en el tono de voz. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente. Cuando somos asertivos nadie nos va a manipular en ningún área de nuestra vida y conservaremos nuestra autoestima sana. Es la asertividad una habilidad que implica crecimiento, inteligencia, dominio propio.
Cuando somos asertivos vamos a expresar correctamente lo que pensamos sin distorsiones cognitivas ni ansiedad. La asertividad hace que decir no, cuando es necesario, sea fácil. Claro que esto requiere valor, claridad mental, y capacidad para evitar conflictos interpersonales. Con espontaneidad, sin generar tensión, y sin deteriorar nuestra relación con el otro, vamos a decir no, vamos a establecer límites y los demás nos amaran por ello. En la vida hay que saber negocias, hay que saber entablar una conversación equilibrada, y eso lo logramos con asertividad. Jamás debemos sentirnos cohibidos si tenemos que contradecir a los demás, pero si decimos algo contrario a las ideas de nuestro interlocutor debemos hacer con respecto, equidad, altruismo. Entonces, las negociaciones avanzaran hacia el bienestar de todos. El buen funcionamiento de las relaciones interpersonales depende de nuestra manera de comunicarnos. Es más, a veces es mejor no llegar a ningún acuerdo que llegar a un acuerdo que nos perjudique o perjudique a otra persona. En conclusión, la asertividad esta basada en el respeto, lo cual constituye la libertad de poder expresarnos libremente, siempre valorando, aceptando y respetando a nuestros semejantes y por sobre todas las cosas, asumiendo la responsabilidad nuestro comportamiento.
Julio césar cháves escritor78@yahoo.com.ar
1 comentario:
Muchísimas gracias por compartir esta reflexión. Me ayudó mucho para entender mejor el concepto de Asertividad, lo que me permitió realizar un buen informe (a mi parecer, falta la evaluación del profe jeje). Excelente Blog... Sigue con tus buenos aportes...
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