Gandhi dijo que el amor es la fuerza que puede liberar. Puede liberarnos de la venganza, el odio, el rencor. Hay gente que siembra discordia, rivalidad, antagonismo. Y cuando una persona tiene estas características es porque no tiene amor. La persona que ama a los demás comprende, incluso comprende a sus enemigos. Aunque muchos sean crueles con él, el hombre comprensivo ama, expresa empatía. Comprender a los demás nos otorga el poder de amar y aceptar a otros sin prejuicios, sin ideas preestablecidas, sin conceptos prefabricados. El verdadero amor es posible únicamente cuando comprendemos, cuando nos ponemos en el lugar del otro. Comprender es ser sabio.
El buen samaritano es un ejemplo de alguien que comprendió la situación de otro ser humano. En la Biblia leemos que los fariseos eran muy poco misericordiosos con los pecadores, pero un hombre pecador como San Agustín pude comprender a sus contemporáneos porque él conoció el pecado. El que sufrió puede comprender al que esta sufriendo. El que fue herido puede comprender al que esta siendo herido. Pedro, aunque negó a Jesús tres veces, en el día de Pentecostés se puso de pie, comenzó a predicar y se convirtieron miles de personas. Dios lo uso para su gloria porque antes de comprender a la multitud a quien le predicaba, Dios hizo que pasara por circunstancias que le enseñaron lo que es la comprensión. El que es comprendido por Dios comprende a los demás.
La persona comprensiva sabe captar los sentimientos de otros. Hace unos años leí un libro titulado La inteligencia emocional, de Daniel Goleman. El autor decía que una de las características de las personas inteligentes emocionalmente es la empatía, que quiere decir ponerse en los zapatos del otro. Cuando nos ponemos en el lugar del otro es posible que establezcamos relaciones interpersonales positivas. Comprender es amar, comprender es simpatizar con lo que siente el otro. Una personalidad sana y madura ha solucionado la mayoría de sus conflictos interiores y eso la hace capaz de comprender a los demás. John Powell escribió: "Algunas veces pienso que el obstáculo principal para la empatía es nuestra persistencia para creer que todos son como nosotros. Darse cuenta que los demás no piensan como yo, no actúan como yo, no sienten como yo, ni reaccionan a cada situación de la forma que yo lo haría, me prepara para ganar valiosas percepciones que tal vez se han ignorado. La capacidad para comprender a otras personas es un recurso valioso. Consiste en tener la mente y el corazón abiertos con un insaciable deseo para ayudar a la gente a sentirse comprendidos. Hay un intento sincero, en cada conversación, para meditar en la forma en que los otros se sienten. Si cada conversación se llevara a cabo con esta intención, cuántos conflictos podrían evitarse. Es gratificante cuando se escucha esta frase:"Cuando estoy contigo, me siento comprendido", dijo Glenn Van Ekeren”.
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