Después de la consideración de la evidencia, llegamos a una conclusión, a una proposición final. La presencia de la conclusión esta presente en trabajos investigativos y académicos; y por supuesto, en la vida cotidiana. Una conclusión puede ser, incluso, una sola frase, una idea, un pensamiento, pero siempre resulta determinante, es una sentencia. En la vida siempre aparece la conclusión porque siempre le estamos dando fin a algunas cosas, personas, situaciones. Siempre hay algo que termina. Estudiando las circunstancias, los argumentos, las decisiones y los caminos tomados, vamos separando lo accesorio de lo importante y vamos atribuyéndole a cada situación su categorización y su etiqueta correspondiente. Al ir diferenciando una cosa de otra, pensando, pesando las cosas, vamos abordando la realidad con asertividad, coherencia.
Si saco las conclusiones de mi vida
creo que todo o casi todo irá mejor
si recorro las historias ya vividas
siento cerca la presencia de mi Dios.
Y recordaré a los que me acompañaron
y recordaré a mi padre en su sillón.
Si recuerdo cada beso, cada abrazo
y las manos que me brindan su calor
las mujeres que por mi cuerpo pasaron
y la novia a quien le entregué mi canción.
Si la muerte es el final de este camino
agradezco tener lleno el corazón
y si puedo sentir que nada he perdido
cada recuerdo estará lleno de amor.
Alejandro Lerner,
Conclusiones de mi vida. Julio cèsar chàves escritor78@yahoo.com.ar
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