domingo, 13 de enero de 2008

Vistas sicalípticas y un mundo esquizofrénico



Avram Noam Chomsky reflexionó: “No sería extraño que la imagen del mundo que la televisión nos presenta no fuera sino un reflejo de los intereses propios de los vendedores, los compradores y el producto en cuestión”. La televisión ha hecho del relativismo una religión. El relativismo le conviene. Por eso, vez tras vez, fomenta una sexualidad banal, totalmente descontextualizada del amor. El afán obsesivo de la televisión por el hedonismo contraproducente, ha generado una sociedad neurótica y ha conducido a las masas al vacío más abismal. La televisión fomenta las relaciones interpersonales superficiales que se rigen por el ‘Me interesas por lo que tenés’ y por ‘A mi me interesa lo mío nada más’; y además propagan el utilitarismo infrahumano. La televisión está pegada permanentemente a la frivolidad y la diversión escapista. La televisión presenta vidas huecas, sin valores, pero eso sí, con gran belleza superficial. La televisión mezcla el bien con el mal lo negro con lo blanco, debido a esto, desdibuja y tergiversa los valores cristianos. Winston Churchill dijo: ‘¿Para qué necesitamos ese aparato de vistas sicalípticas?’. Por si no lo sabes (SICALIPTICO) quiere decir: Pornografía.
El Dr. Enrique Rojas escribió: “Vivimos en una época en la que la televisión lo llena casi todo. Ella legitima nombre, ensalza, derriba, asciende, arranca, y crea nuevos héroes. Pero la televisión sigue estando bajo mínimos, y esto es general en casi todos los países, con pequeñas excepciones. Los personajes que en ella aparece son siempre los mismos: Futbolistas, modelos, cantantes y algún político muy conocido. En las entrevistas, después de hablar de sus vidas y temas personales, a unos y otros se les pregunta por cuestiones de cierto calado, como la vida, el éxito, el fracaso, el amor y, por supuesto, a qué se dedican, de dónde vienen, cuál es su próximo destino. Quienes dirigen estos programas argumenta casi siempre lo mismo: “Nosotros, lo que queremos, es que la gente se distraiga, se relaje, olvide sus problemas y no piense”. Hoy la estupidez vende. Los opinólogos venden. Los todólogos venden. Las mujeres con pechos protuberantes venden. La polémica y el poco profesionalismo del espectáculo, también venden. Hoy la gente con tal de sentir algún sentimiento escapistas capaz de vender su alma. La función de la televisión no es sólo de entretener, sino que también abastece a las masas con sentimientos de auto-valencia. La televisión es la moderna fábrica de sueños artificiales. La televisión vende adulación a domicilio. La televisión lucra con rostros bellos que por debajo no tienen nada de belleza interior. Lucra con cuerpos esbeltos por fuera, pero llenos de vanidad por dentro. La televisión genera la violencia, el sincretismo, la malversación de las palabras y el utilitarismo egolátrico. Fomenta el consumismo de orgasmos salvajes, autos de lujo, piel sin arrugas y los ojos y el cabello con características camaleónicas. Fomenta el individualismo, el narcisismo y la locura metalera, como modos de vida. La televisión te hace comer gato por liebre, te hace ver, pero no mirar, te hace oír, pero no escuchar, te hace informar, pero no te forma. La televisión es la madre de la trivialización de los valores humanos absolutos. La televisión ha asesinado a la lectura y la cultura. John Irving, gran novelista estadounidense, dijo: ‘Donde funciona un televisor, hay alguien que no está leyendo’.
La televisión es el cáncer del mundo. Lo que nos presenta es la trivialización de la vida humana. La televisión cosificada, deshumanistas, convierte al ser humano en objeto vendible. El sociólogo francés, Alain Touraine dijo: “La televisión será la base de la opinión pública. Ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada”.
En conclusión: LA TELEVISIÓN PRESENTA VISTAS SICALÍPTICAS Y UN MUNDO ESQUIZOFRÉNICO.

Julio C. Cháves
escritor78@yahoo.com.ar

No hay comentarios.: