miércoles, 21 de noviembre de 2007

Ser alguien extraordinario


En su libro Resultados extraordinarios, Bernardo Stamateas dice: “¿Por qué existe gente que aún teniendo un pasado difícil logró levantar una empresa millonaria, ser un gran líder político, o alcanzar lugares que otras personas no pudieron? Uno de los secretos fue que cada uno de ellos, desde un comienzo, ya sabían adónde querían llegar y vivieron su vida de acuerdo a ciertos principios que los llevaron al éxito. No es cuestión de trabajar horas extras, ahorrar durante toda la vida, o estar "acomodado" en un lugar de jerarquía. Lo que hace que una persona alcance su sueño, es establecerse metas claras y alcanzables”. A lo largo del libro Stamateas asegura que organizando la vida, estableciendo correctamente prioridades, descartando lo que nos aleja de nuestros sueños y desarrollando hábitos constructivos podemos no solamente podemos hacer realidad nuestros sueños sino que también podemos alcanzar resultados extraordinarios.

Las personas que no saben lo que quieren, ni se organizan, no pueden alcanzar el éxito. La mayoría de las personas fracasan, aunque tengan talento, porque les falta motivación y visión para establecer prioridades, metas, objetivos, planes. Lo cierto es que para poder conquistar nuestros sueños necesitamos constantemente mantener enfocada nuestra visión, estableciendo metas alcanzables, objetivas, realizables, coherentes. Cuanto más claras sean los objetivos, los proyectos, las metas, más preciso y agudo será nuestro enfoque. Al tener claro hacia donde queremos ir mejor será nuestro plan de acción. Si deseamos mejorar, crecer, evolucionar, progresar, son precisos los cambios y cuando nos estemos mejorando a nosotros mismos deberemos vernos a nosotros mismos dotados ya de los rasgos, características y cualidades que anhelamos adquirir. El pensamiento viene antes de la acción y antes de poder alcanzar nuestros sueños debemos visualizar los resultados que esperamos obtener.

Hebreos 11:1 dice que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Por lo tanto, debemos esperar algo de Dios, debemos visualizar lo que deseamos. Visualizar lo que podemos llegar a ser nos ayuda a convertirnos en lo que Dios quiere que seamos. Todos tenemos dones, talentos, capacidad, en fin, todos servimos para algo, sabemos hacer algo. Somos seres capaces de muchas cosas. Dios nos ha dado capacidades que debemos utilizar. La mejor estrategia para alcanzar el éxito es vernos con optimismo a nosotros mismos. Nuestro comportamiento debe estar orientado hacia metas, planes, objetivos. Debemos auto-motivarnos. Como dice Stamateas en su libro, una persona extraordinaria no espera que las cosas sucedan, sino que hace que las cosas sucedan, no espera que la vida le de oportunidades sino que busca las oportunidades, una persona extraordinaria es alguien que sabe hacia donde va, que sabe lo que quiere, que desea convertirse en lo que Dios quiera que sea. Una persona extraordinaria tiene propósitos, planes, proyectos a corto y a largo plazo, es alguien por encima del promedio. Ser una persona extraordinaria es ser el arquitecto de la propia vida, es generarse a través de la realización del potencial que tenemos adentro. Si lo proponemos todos podemos ser personas de iniciativa, de responsabilidad, de cambios, de pensamientos extraordinarios. No podemos esperar que otros hagan las cosas por nosotros. Cada uno debe hacer deliberadamente su vida, escribir su biografía. Y sobre todas las cosas, una persona que tiene en cuenta a Dios, que se tiene en cuenta a si mismo y tiene en cuenta a los demás, seguramente será una persona extraordinaria.

Julio césar cháves. Escritor78@yahoo.com.ar

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