sábado, 27 de octubre de 2007

Rebeldía: La señal de los antisociales


Hay personas que no obedecen a nadie. No respetan a nadie. Ellas son rebeldes. Este tipo de personas creen que la sociedad es la que les ha ubicado en un contexto de violencia e insubordinación. La conducta de algunos rebeldes es ilegal y en ocasiones peligrosa. Lo único que les interesa son las tendencias perversas y la malignidad. Los rebeldes tienen un carácter antisocial e incorregible. Siempre creen tener la razón. Jamás piden perdón, pero siempre desean que a ellos les pidan perdón. Les agrada recibir, pero no dar. Los rebeldes son ególatras, se creen seres divinizados e imprescindibles. Son violentos de modo duradero y persistente. Son impulsivos y tienen un comportamiento frío. Desconsideran los derechos de sus semejantes. Los rebeldes aman lo inmediato, lo urgente, y nunca gestionan un proyecto a largo plazo porque no les resulta un camino viable esperar. Los rebeldes son doctores en narcisismo, son expertos manipuladores vengativos. Carecen de empatía y no escuchan a nadie. Son ellos y nada, ni nadie más.
Las personas rebeldes son naturalmente de esa manera. A este respecto, el Dr. Billy Graham, afirma lo siguiente sobre la naturaleza de la rebelión: “Muchas personas siguen aferrándose a la idea de que el hombre es naturalmente bueno. Esto no lo aprendimos de los griegos. Aristóteles dijo: ‘Nada de bien hay en la humanidad’. No lo aprendimos del judaísmo. Jeremías dijo: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso; ¿quién lo conocerá?’ (17:9). No lo recibimos de las enseñanzas cristianas. El apóstol Pablo dijo: “Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. (Romanos 3:23). Creo que esta ilusión la recibimos de los filósofos y sociólogos del siglo XIX y comienzos del siglo XX, que nos enseñaron la falsa doctrina de que el hombre es una víctima imponente de su ambiente. La Biblia nos dice que el hombre no es bueno por naturaleza. Toda la experiencia humana lo confirma. El hombre es naturalmente rebelde. ¡La primera rebelión de la historia tuvo lugar en el jardín del Edén, donde el ambiente era perfecto, y no se podía culpar de ella a la ley de la herencia!”.
La rebeldía: ES LA SEÑAL DE LOS ANTISOCIALES. Ser rebelde es ser infeliz. Ser rebelde es amar el aislamiento y la soledad. A los rebeldes los quieren muy pocas personas, pues ellos se hacen odiar. Los rebeldes viven en ambientes negativos. Ellos no son producto de este tipo de ambientes, pero son influenciados por los mismos. Un rebelde descalifica a los demás por placer perverso. Un rebelde ama el engaño. Se mofa de todos. Un rebelde jamás se arrepiente de nada. Un rebelde hace lo contrario a la voluntad de Dios. Un rebelde odia la cruz. Satanás es el primer rebelde. Debido a su rebelión será condenado en el infierno. Adán y Eva se rebelaron contra Dios y murieron. Absalón se rebeló contra el rey David, su padre, y murió. Los rebeldes constantemente encuentran defectos en los demás. Los rebeldes no saben ni quieren expresar amor. Siempre se muestran renuentes a las relaciones interpersonales porque están mal intra-personalmente.
Finalmente quiero citar a Alberto Machado que dijo: “Uno busca muchas veces las razones de su propio fracaso en el medio ambiente, al que considera hostil, cuando donde hay que buscarla es dentro de uno mismo”. Lo mejor que podemos hacer para pelear contra la rebeldía es entregarnos a Dios de todo corazón, pues él nos puede ayudar a ser mejores personas. Dios quiere que seamos personas sociales. Por eso mismo, debemos sentir empatía por los demás. Siempre debemos tener en cuenta la regla de oro. Debemos ser doctores en pacificación y benignidad. Debemos perdonar. Debemos evitar los ambientes que nos estimulan a ser rebeldes. La experiencia humana confirma que el hombre lejos de Dios es un rebelde narcisista. Entonces la actitud más prudente que podemos tener es someternos a Dios por sobre todas las cosas. El temor a Dios es el antídoto contra la rebeldía.

Julio C. Cháves
Escritor78@yahoo.com.ar

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