sábado, 27 de octubre de 2007

Narcisismo bajo el sol


Vi debajo del sol mucho narcisismo. Narcisismo en las calles, en los hogares, en las escuelas, en los estadios de fútbol, y en todo lugar. Vi debajo del sol muchas personas que tienden hacia la malignidad porque la vanidad de querer ser admirados a toda costa los acosa. He entendido que los seres humanos, de todo nivel social, son perversos polimorfos. Asimismo he visto como los perversos narcisistas se construyen a sí mismos al saciar sus pulsiones destructoras. Hay vanidad que se hace en la sociedad: que hay personas que utilizan a los demás y que luego los destruyen, sin que se produzca ningún sentimiento de culpa. Ciertamente he dado mi corazón a entender a estos malvados, pero no puede comprenderlos porque saben lo que hacen. Yo, pues, he visto como ciertos individuos que carecen de empatía, tienen una grandiosa idea de su propia importancia, y que debido a este concepto que tienen de sí mismos, descalifican a los demás y los destruyen psicológicamente. He visto como ciertos individuos se consideran especiales y únicos. He visto como tienen una obsesiva y excesiva necesidad de ser admirados. He visto como los tales piensan que se les debe todo y como explotan a los demás en sus relaciones interpersonales. Me volví y vi debajo del sol, que hay individuos que actúan como Narciso. Muchos se comportan como el hermoso Narciso que todos los días iba a contemplar su hermosura a un río; y que estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del río y se ahogó. El joven Narciso se admiraba demasiado a sí mismo y su desmedido amor propio, le jugó en contra.
Los narcisistas, quizás, son personas que hacen el bien, pero sin amor. Hacen el bien para ser vistos. Lo hacen impulsados por su complejo de superioridad. 1 Corintios 13:3 dice: “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nadad me sirve”. El narcisista hace el bien por envidia, por arrogancia, por soberbia. El narcisista, estimulado por su grandioso sentido de auto-importancia, hace cosas positivas y negativas para ser reconocido por los demás como superior. El narcisismo lo único que desea es reconocimiento por parte de su entorno. Ciertamente he visto mucha vanidad debajo del sol. He visto que hay individuos que evalúan sus vidas de modo desmedido y que por causa de esto, poseen una divinizada autoestima inadecuada. El patrón de conducta de estos personajes se vertebra sobre la presunción, el engreimiento, la jactancia y la petulancia. Asimismo, sabiendo que hay mucho mal y mucho narcisismo debajo del sol, yo me pregunté: ¿Habrá alguna salida de esta atadura espiritual que es el narcisismo? He comprendido que sí.
Para que una persona pueda liberarse del narcisismo es necesario que practique la auto-evaluación de modo correcto. Debe imitar a personas que vivan de modo equilibrado, es decir, que manifiesten amor a Dios, en primer lugar, y en segundo lugar, amor al prójimo. Además, debe considerar a los demás como superiores a él mismo, y debe tener un concepto de sí equilibrado. (Ro. 12:12). Las personas a las cuales les agradan ser narcisistas, si no tienen la valentía de cambiar, es indispensable que se acostumbren a vivir con aduladores, por ciertamente muchas personas se alejarán de ellos por su comportamiento descalificador y engreído. En cambio, si una persona tiene la voluntad de librarse de su narcisismo, es indispensable que se aleje de su orgullo y que se haga amigo de la humildad y el prójimo-centrismo. El narcisista que no quiere cambiar debe acostumbrarse a ser ‘amigo’ de gente mala. Julio César dijo: “He podido notar que en este mundo, los perversos suelen congregarse en mutuo compadrazgo aunque se detesten unos a otros. En eso reside su fuerza”. Y Jeremías 9:23 también dice: “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Más alábese en esto el que se hubiera de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová…”.
Julio C. Cháves.
Escritor78@yahoo.com.ar

No hay comentarios.: