sábado, 20 de octubre de 2007

Job, un paradigma de paciencia y fe


Job es un paradigma de paciencia, fe, heroísmo. Sufrió terriblemente y podría haberse dado por vencido, pero él no bajo los brazos, sino que se sobrepuso a la adversidad y Dios lo exaltó y le dio el doble de lo que había perdido. Job fue un hombre de Dios, un ungido, era perfecto, recto, temeroso de Dios, apartado del mal. Su conducta manifestaba exponencialmente su amor a Dios. Antes de la gran prueba, Job disfrutaba de su familia, su salud, sus riquezas, pero cuando lo perdió todo, a su familia, sus riquezas, su salud, se hundió en la tristeza, en la angustia. Por encima de todas estas cosas, Job tenía lo más importante que un ser humano puede tener, que es la aprobación de Dios. Dios decía de Job: “No hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. No hay mayor bendición que contar con el apoyo de Dios. Ahora, de súbito, Job lo perdió todo y de tenerlo todo, paso a no tener nada. Sin embargo, siguió confiando en Dios. Este hombre demostró ser un hombre integro ya que busco a Dios tanto en la prosperidad como en la desgracia. El diablo quiso destruirlo, pero Dios fortaleció a Job para que se sobreponga a todo y resurja de las cenizas.
El diablo anda en la tierra robando, matando, destruyendo. Y sobre todas las cosas quiere destruirnos a los cristianos. Job acusaba de egoísta a Job y le decía a Dios que este hombre esta con el Señor por los panes y los peces, pero lo cierto es que Job estaba con el Señor por amor. La biografía de Job nos enseña muchas cosas. Nos enseña que el diablo puede tratar de destruir nuestras vidas, pero que nuestro Señor puede darnos la victoria. Nos enseña que si Dios permitió que Job fuera probado, nosotros podemos ser probados de igual manera. Nos enseña que Dios le pone un límite a Satanás. De hecho, primera de Corintios 10:13... “Fiel es Dios que no nos dejará ser tentados más de lo que nosotros podamos resistir”. Dios tiene la última palabra. Todo le pertenece a él, incluso nuestras vidas. Job admitió que todo le pertenece a él: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. Jehová dio y Jehová también quitó; sea el nombre de Jehová bendito”, dice Job 1:21,22. La biografía de Job nos enseña a mantener la fe en toda circunstancia. Dios espera de nosotros fidelidad, coraje, pasión por él. De todas formas, nuestros sufrimientos palidecen ante los sufrimientos que padeció Cristo por nosotros. Job pronuncia en el día de restauración: ‘De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco [como mortal], y me arrepiento en polvo y ceniza.’ (Job 42:5, 6). El corazón de Job halla la paz de Dios cuando comprende a Dios por sí mismo, tal como los hijos de Israel cuando alcanzaron la tierra prometida.
En fin, Job pudo salir triunfante de sus tribulaciones porque declaro: "Yo sé que mi Redentor vive y que se levantará”.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

1 comentario:

Isabel dijo...

Grasias,por esos mensajes,que nos enseña a esperar en El SR y aumenta nuestra fe para seguir batallando en el diario vivir y nos podemos lebantar cuando bienen las pruebas.