sábado, 6 de octubre de 2007

Inseguridad universal


Un curioso y espectral sentimiento de inseguridad ha invadido el mundo. Los trastornos sociales han trastocado las certidumbres interiores. La seguridad en numerosos países ha llegado a desaparecer por completo. Nunca fue tan considerable el número de seres humanos sometidos a la intranquilidad. En 1944 apareció la primera bomba atómica. Desde entonces, el caos en el mundo sólo ha ido en aumento. La idea de una posible destrucción de la especie humana inquieta a los seres humanos civilizados. Es notable que en el mundo haya una terrible cabalgata de horrores y catástrofes. Los sentimientos de seguridad han sido destruidos desde la raíz. La inseguridad ha cautivado virtualmente a todos los miembros de la sociedad. Los pobres al igual que los ricos se sienten paranoicamente inseguros. Antes muchos pensaban que detrás de muros bien altos se podía estar seguro. Pero ahora no hay muros ni rejas que detengan la incertidumbre. Las seguridades peligran. Los hombres aspiran hacia la seguridad, pero por ahora esa seguridad es una mera utopía. Hay innumerables secuestros, auto secuestros, robos, asesinatos, muerte de policías y ciudadanos comunes. La inseguridad humana es un tema que ineluctablemente nos preocupa a todos. ¡Vivimos peligrosamente!
La sociedad actual vive bajo el abrigo de lo imprevisible y lo indeductible. Es verdad que en épocas pasadas parecía que el demonio de la inseguridad estaba domesticado y domado; o por lo menos adormecido, pero ahora los sentimientos de inseguridad han domado a los corazones humanos. Debido a esto, el hombre es un ser inseguro por excelencia. Antes se creía que los progresos tecnológicos de la humanidad erradicarían la incertidumbre y la inseguridad de todo el mundo. Por el contrario, todos estos ingredientes de los cuales dependemos emocionalmente se han ido transformando, en manos malignas, en nuevos medios que contribuido a una mayor inseguridad universal. ¡Vivimos peligrosamente! Tanto en lo individual como en lo colectiva la seguridad ha disminuido considerablemente.
La inseguridad social ha generado conflictos exteriores y conflictos interiores. El hombre del siglo XXI que no conoce a Dios ha incurrido en el stress debido a su inseguridad interior. Siente que su vida peligra. Hay personas que viven atemorizadas. El pánico se nota en los ojos de muchos individuos. Ahora, pues, teniendo en consideración que vivimos en un estado constante de inseguridad, y que estamos viviendo una especie de Apocalipsis urbana, yo me pregunto: ¿Hay alguna fuente de seguridad? La seguridad es una de las necesidades básicas de todo individuo. Quien está leyendo esto, necesita sentirse seguro y yo que lo estoy escribiendo, también lo necesito. Todo corazón humano necesita paz, amor y tranquilidad. Dios sabe que necesitamos sentirnos seguros. Por eso, en el Salmo 91 nos promete: “El que habita al abrigo del altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré”. (91:1,2).
Únicamente Dios puede proporcionar seguridad. Únicamente Dios puede darnos paz interior. El dinero no puede dar seguridad. Las paredes altas no, ni los muros altos, ni las rejas altas, pueden darla. Sólo Dios puede darla. Charles H. Spurgeon dice: “Cuando soy lanzado de un lado a otro por diversos razonamientos, distracciones, interrogantes y presentimientos, volveré a mi verdadero descanso. Cuando tengo pensamientos pecaminosos, vanos y angustiados, aflicciones, cuidados, conflictos, correré al Señor, él provee alientos divinos y estos no sólo alivian sino que verdaderamente me deleitan. ¡Cuán dulces son los consuelos del Espíritu! El pequeño mundo dentro nuestro, así como el gran mundo que nos rodea, están llenos de confusión y contienda; pero cuando Jesús entra en ellos, y susurra ‘LA PAZ SEA CONTIGO’, sobreviene una calma, sí, un momento de éxtasis”. ¡La inseguridad puede controlar al mundo, pero no puede controlar a un corazón controlado por Dios!

Julio C. Cháves
Escritor78@yahoo.com.ar

1 comentario:

Miss B. dijo...

¿intranquilidad? eso no pasa en México o si?

saludos y gracias por pasar a mi blog, estaré por aquí, leyéndote....