lunes, 8 de octubre de 2007

Fe y salud mental


Los cristianos sabemos que Dios esta con nosotros, pero esto no quiere decir estamos libres de los problemas. De hecho, Dios nos llamo al camino correcto, no al camino fácil. En ningún versículo bíblico dice que los cristianos estamos exentos de sufrir. Por supuesto que si tenemos fe podemos orar y podemos hacer que las montañas se muevan de su lugar. Si tenemos fe podemos sobreponernos a las pruebas. Ahora, debido a que el mundo vive en un constante estado de estrés, angustia, miedo, inseguridad, es imposible evitar el sufrimiento. Lo cierto es que los cristianos sufrimos y muchas veces perdemos la salud mental. No es casual encontrar a cristianos depresivos. Hoy más que nunca impera una amplia fragilidad en los sujetos. Asimismo, aunque los cristianos sufrimos, la fe fortalece nuestras mentes y nos conduce a la victoria. La fe nos permite ver lo bueno de la vida. Sabemos que tendremos aflicción pero confiamos en Dios porque entendemos que Cristo venció al mundo. Hay muchas personas en neuropsiquiátricos debido a que se olvidaron de Dios y sus semejantes. Incluso algunos cristianos son hipocondríacos, piensan todo en tiempo en la enfermedad, y en consecuencia nunca estarán bien si no depositan su confianza en Dios. Si estás enfermo no pienses en tu enfermedad. Toma los medicamentos que el médico te receto, hace lo posible por estar bien, y luego deja el resto en las manos de Dios, entonces él hará lo imposible. Los médicos hacen lo posible y es bueno, Dios hace lo imposible y es muy bueno. El profeta Isaías dijo: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera”. (Isaías 26:3).
La fe y la salud mental no se oponen, antes al contrario, se complementan. “La salud mental es la adaptación de los seres humanos al mundo y al otro con el máximo de eficacia y de felicidad. No solamente el rendimiento, o nada más que una cierta satisfacción, o la virtud de someterse de buen grado a las reglas del juego, sino todo esto a la vez. Es la aptitud de mantener un humor igual, una inteligencia alerta, un comportamiento que consigue cierta consideración social, una disposición de carácter favorable “, escribió K. Menninger. La psiquiatría y la psicología nos ayudan a lidiar con el mundo circundante. La fe, por su parte, nos permite vivir por encima de las circunstancias. “Es propio de la fe hacernos humildes en los sucesos felices e impasibles en los reveses”, dijo Santa Clara de Asís. En ocasiones Dios nos librará de las pruebas, pero en otras ocasiones él nos dará la capacidad para saltar por encima de las pruebas. Debo decir que muchos problemas que aquejan a los cristianos son causados por los mismos cristianos. Con frecuencia en vez de hablar palabras de fe, declaran derrota y las preocupaciones, la ansiedad y la angustia, les provocan úlceras. Algunos cristianos van a la iglesia a contarle a Dios sus problemas en vez de contarles a sus problemas el Dios que tienen. La manera de tener salud mental es teniendo la mente de Cristo. Cuando depositamos nuestra confianza en Dios, nuestros problemas pasan a un segundo plano. “Pues Dios no nos ha dado espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de dominio propio”. (2 Timoteo 1:7).
Como dije en líneas precedentes, si necesitamos ir al médico debemos ir. Consultar al médico no significa que no tenemos fe, significa que somos inteligentes. Muchos problemas requieren de atención médica y muchas depresiones se curan con simples medicamentos. Esto no quiere decir que no tenemos fe. Ya dije que nosotros debemos hacer lo posible y cuando llegamos a nuestro límite, entonces quiere decir que ahora le damos lugar a Dios para que él haga lo imposible. Cada día debemos pedirle sabiduría a Dios para que nos muestre la diferencia entre lo posible y lo imposible. Al saber la diferencia sabremos cuando intervenimos nosotros y cuando interviene Dios. Hacer lo posible delante de Dios implica ir al médico, orar, leer la Biblia. Dejar que Dios haga lo imposible implica poner en sus manos todas las cosas que nosotros no podemos resolver. En síntesis, muchas enfermedades mentales se curan con medicamentos y psicoterapia, otras están fuera del alcance de la psicología y solo Dios puede curarlas. En fin, nosotros hagamos lo posible y dejemos lo imposible a Dios.

Julio césar cháves
escritor78@yahoo.com.ar

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