sábado, 22 de septiembre de 2007

Saturados con demasiada información



El siglo XXI ha cautivado la atención de todos virtualmente. La información abunda. La información ha adquirido características polimorfas. La diosa actual es la información. Información hasta sobre cuestiones inimaginables. Información de hasta los lugares más recónditos del planeta. La información es tan actual y rápida, que las cosas que pasaron ayer son obsoletas. Muchos dicen que esta era de la información es un real e inigualable progreso cultural. Algunos tecnificados hombres cibernéticos dicen que la información es sinónimo de conocimiento.
En el espacio público se libra una gran batalla por captar nuestra atención. Es tanta la abundancia de la información que no nos alcanza la comprensión. Los medios de comunicación recurren constantemente a la exageración y el escándalo con tal de atraparnos. Yo creo que estamos demasiado informados. Estamos saturados de tanta información que hemos dejado de pensar. Antaño se pensaba. Ahora pensar está fuera de moda. La Internet informa, pero no delega conocimiento. El conocimiento se encuentra en los libros. El libro es irremplazable. El libro te capacita para pensar independientemente. El libro te capacita para que puedas expresarte de forma clara y simple. El libro te posibilita la capacidad de discernir entre el bien y el mal y te ayuda a elegir lo de más valor entre la multitud de estímulos que te brinda la realidad. La sociedad actual no cree en el libro. Pero el libro, de igual modo, es irremplazable. La información goza de un prestigio que le hace posible la desvalorización de la cultura del libro. La información hace innecesario al libro. En el siglo XXI, según algunos futurólogos, será el testigo ocular de la muerte de la lectura.
Pregunto: ¿Es bueno vivir entre tanta información? El filósofo Philip Novak reflexionó: “La abundancia informática es atractiva hasta que comprendemos que nos puede arrebatar la paz, un derecho espiritual de nacimiento. Así como recién estamos descubriendo el imperativo de desarrollar una relación armónica con la naturaleza, posiblemente también debamos advertir de una ecología interior, una ecología de nuestra mente”. Tanta información satura, nos torna indiferentes a la realidad del mundo circundante. Estamos obesos de información, pero carentes de conocimiento. Muchas personas, porque están informadas creen poseer cultura interior. Pero lo cierto, es que una cosa es ESTAR informado y otra muy distinta es tener información. ¿Cuál es la diferencia entre estar informado y tener información? El que está informado sabe lo que pasa en el mundo. En cambio, el que tiene información, sabe lo que pasa en el mundo y en la misma instancia, tiene un criterio sólido y una interpretación sólida de la realidad que lo rodea.
La lectura de libros nos conduce a la cultura y nos provee de herramientas para que podamos interpretar la realidad de un modo claro, sencillo y a la vez profundo. El Dr. Enrique Rojas, autor del libro ’El amor inteligente’, respecto a la cultura escribió: “La cultura es la memoria del tiempo, lo que queda después de olvidar lo aprendido; depósito de saberes que ayudan a interpretar la vida; almacén gigantesco de creatividad del ser humano. Por ello decimos que la cultura es libertad; que es la aristocracia del espíritu, que tiene en la lectura su buque insignia”.

Julio C. Cháves.
Escritor78@yahoo.com.ar

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