En ‘Ensayo sobre la ceguera’, José Saramago dice: “La gran ceguera del hombre actual es la de la razón”. Hoy nadie respeta a su prójimo. Hacer lo bueno parece algo fuera de lugar. A esto se debe la conducta animal de muchos individuos. Hoy vivimos en una cultura totalmente signada por el individualismo, el lema de vida de las masas, es: ¡Sálvese quien pueda! Hoy nadie está dispuesto a poner primero a los demás. ¡Yo estoy primero…! dicen los egoístas postmodernos. La filosofía moderna propugna la ley de que cada uno debe ser autosuficiente y solamente debe confiar en sí mismo, si quiere disfrutar del éxito perdurable. Jesús dijo que si le queremos seguir debemos negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz cada día, y seguirle como él manda. (Mateo 16:24). Pero son muy pocos los que ponen en práctica lo que dijo Jesús. La sociedad moderna ha descartado a Dios de su agenda personal. Lo cierto es que esta generación permisiva, relativista y jactanciosa, donde interactuamos, ha generado un crecimiento enorme del desamor y la violencia. Al asomarnos a la pantalla de la televisión, podemos ver como la delincuencia juvenil ha crecido, cómo han aumentado los asesinatos y los suicidios, y cómo han crecido todo tipo de comportamientos crueles y desalmados, totalmente en discordia con el amor.
La razón individualista ha enceguecido al hombre actual. Antes la gente creía en el amor, mientras que ahora lo único que le atrae la atención a la gente es el amor libre. Esto que digo lo describe mucho mejor Mario Benedetti en su poema ‘Il Cuore’, donde dice:
“Ya nadie graba
En las paredes
En los troncos
Luís y María
Raquel y Carlos
Marta y Alfonso
Junto a dos corazones
Enlazados
Ahora las parejas
Leen esas vetustas
Incómodas ternuras
En las paredes
En los troncos y
Comentan
Qué ñoños
Antes de separarse
Para siempre”.
‘ÑOÑO’, por si no lo sabes, quiere decir: ‘Persona apocada en extremo y de corto ingenio. Los individualismos destruyen. Nos aleja a unos de otros. Es hora y de que nos demos cuenta de que sin Dios no podemos vivir satisfactoriamente. Sin Dios no hay paz. Únicamente Dios puede ayudarnos a que nos despojemos del Narcisismo que nos abruma. Debemos ser pobres en espíritu. Depender de Dios debe ser nuestra meta prioritaria. “Al final de nuestras vidas -escribió La madre Teresa de Calcuta en su testamento-, no somos juzgados por los títulos conseguidos, el dinero ganado o los cargos logrados. Somos juzgados por el amor que hayamos sido capaces de brindar a nuestros semejantes”.
Es por causa del egoísmo y la lucha por el poder, que el mundo vive en HORROR constante. Mientras los países más poderosos del mundo gastan millones de dólares en armas, sólo en el tercer mundo mueren 400.000 niños por día. Mientras algunos jugadores de fútbol son vendidos por cifras millonarias, los jubilados cobran jubilaciones que dan lástima. El HORROR cada día amanece con nosotros. Hoy a quien quiere amar en serio se lo tilda de ÑOÑO. Este es el mundo de hoy. ‘Como dice Jean Guiton en su obra ‘Silencio sobre lo esencial’, hablamos una y otra vez de lo trivial y accesorio y obviamos adentrarnos en el verdadero amazonas del corazón de la existencia’. El Dr. Billy Graham dice lo que sigue respecto al egocentrismo: “Tu tienes un ego o un yo: la conciencia de ser un individuo. Eso cierto. Pero ello no quiere decir que debas adorarte a ti mismo, pensar constantemente en ti, y vivir exclusivamente para tu yo. Dios tiene mucho mayor interés en tu felicidad que el que podrás tener tú. Dice: “Niégate a ti mismo y sígueme”. En fin, ¿Quieres ser feliz, ñoño postmoderno? Tú eliges.
Julio C. Cháves. escritor78@yahoo.com.ar
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