sábado, 22 de septiembre de 2007

Hombres que parecen libres como los animales del zoológico

El siglo XXI está totalmente controlado por la televisión y la publicidad. Todos los seres humanos configuran sus vidas en torno a una felicidad artificial que depende de la posesión de un auto 0 Km. y la ropa de moda. Nuestra sociedad, que celebra el materialismo, la codicia, la corrupción, la superficialidad y que ha alejado a Dios de sus planes, es una sociedad sumida en el desinterés por lo intelectual. Actualmente hay una creciente ignorancia de todo, y principalmente, de la Biblia. Las personas le faltan el respeto al intelecto y al sólido conocimiento bíblico. Los jóvenes de este siglo adoran el dinero y están dispuestos a hacer lo que sea por un auto. Nadie valora los libros, ni la Biblia. La gente prefiere invertir su dinero en cualquier cosa, joda, o en lo que sea, pero en libros jamás. Las masas definen el éxito con la idea estúpida de ganar Mucho dinero, de lograr libertad económica y de no depender de nadie. El éxito es interpretado como sinónimo de poder adquisitivo. El creciente desinterés por el conocimiento bíblico, es el reflejo de la serie de complejas transformaciones negativas que se está produciendo en la cultura contemporánea. Hay personas que están vacías de conocimiento. La escasa seriedad con que se encarna el estudio de la Biblia es el reflejo de una sociedad desprovista de valores morales. Hoy ser un cristiano intelectual es un desprestigio. Hoy todos se preocupan por estudiar inglés o computación, pero mientras tanto, la Biblia ha sido dejada de lado. El desinterés por el conocimiento es alarmante.
¿Es tan importante el conocimiento bíblico? El conocimiento bíblico es crucial para poder vivir una vida satisfactoria. Cuanto más sólido sea el conocimiento de la Biblia, más fácil le resultará al cristiano enfrentar las adversidades y los momentos tristes e inevitables de la vida. Un cristiano que está vacío de conocimiento vive aferrado a espejismos y vive en una especie de cárcel muy parecida a esos zoológicos donde se quiere dar la imagen de que los animales son libres. Un cristiano sin conocimiento es un consumidor más que compra vanidad en el supermercado de vanidad donde las góndolas hierven de ofertas: Terapias alternativas, creencias erráticas, drogas legales como el tabaquismo, chusmerío, envidia, celos, iras, narcisismo, y estupidez. Oseas 4:6
nos dice: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”. Sin conocimiento lo único que hay es mediocridad. Un individuo que prefiere el televisor y deja de lado la Biblia es un ser Humano Light, mediocre, endeble, y su cabeza es simplista y archi-susceptible a los estímulos del mundo moderno. Marcelo Laffitte dijo: “No le puede pasar nada peor a un cristiano que alejarse de las sagradas escrituras”. La fe en la Biblia no es ciega. No se basa en la bruma de la tradición. No reconoce como su fundamento el criterio de autoridad humana. La fe cristiana es una fe razonada, pues se basa en la investigación, efectuada con método científico, de los datos históricos, para comprobar el cumplimiento exacto y circunstanciado de la infalible verdad de Dios hacia los seres humanos. La Biblia es el libro que debemos orientarnos en el estudio del intrincado siglo XXI. El único libro que ha podido develar el arcano del futuro es la Biblia.
La Biblia merece nuestra más absoluta confianza, puesto que es portadora del poder dinámico de Dios y que su potencia ennoblecedora puede transformas al más duro y rebelde de los hombres. El Dr. Billy Graham dijo al referirse al libro de Dios: “Un conocimiento de la Biblia es esencial para una vida abundante y significativa. Pues las palabras de este libro suplen las piezas que faltan, salvan las brechas y transforman los colores deslustrados de nuestro vivir, en un resplandor como el de las joyas”.

Julio C. Cháves. juliogenial@hotmail.com

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