
Para los filósofos Dios es un concepto. A través de la historia de la humanidad muchos filósofos como Anaxágoras, Platón, Aristóteles, Kant, entre muchos otros, por intermedio de la lente de la filosofía, abordaron el concepto Dios. El más antiguo de los conceptos sobre Dios es probablemente las ideas expuestas por el antes mencionado Anaxágoras, que afirmaba que la inteligencia era la divinidad que ordena el mundo. Platón, asimismo, insistió que el concepto de Dios era el primer motor de todas las cosas que se mueven. Este concepto analógico fue acuñado también por Aristóteles, quien fue discípulo del filósofo ateniense, diciendo también que Dios es el motor con el cual comienza necesariamente la cadena de los movimientos, es decir, la causa primera con la que se inician las series casuales. Esencialmente el pensamiento Aristotélico concebía a Dios como la causa final, el creador del orden del universo. Con el correr de la historia de la humanidad se fueron sucediendo los conceptos filosóficos sobre Dios, conceptos que son producto de la creación humana, que son un producto cultural. En resumen, la filosofía le atribuye a Dios básicamente dos calificaciones fundamentales: La de la causa y la de bien. Los filósofos se preocuparon por demostrar la existencia de Dios, especularon sobre esta idea, y afirmaron una y otra vez que Dios es la fuente de todo lo que hay en el mundo y sobre todo, es la fuente para los seres humanos. En fin, lo único que hace la filosofía es especular infinitamente sobre la existencia de Dios.
Ahora, pregunto: ¿Pueden los conceptos sobre Dios cambiarnos las vidas? ¿Cuál es el epicentro del Cristianismo? La respuesta no voy a darla yo, dejaré que lo haga el Dr. Billy Graham que escribió a este respecto: “Cada vez comprendo mejor la verdad de que las personas resultan cambiadas por otras personas, más que por las ideas. El poder de la personalidad es muy fuerte. Se podría ilustrar de muchas maneras el hecho de que con frecuencia una personalidad resulta mayor que una idea. Es lo que acontece con el cristianismo. El secreto del éxito del cristianismo no radica en su ética. No se halla en su filosofía, aunque el cristianismo tiene una serie de ideas filosóficas. El secreto del cristianismo esta en una Persona, el Señor Jesucristo. Los hombres han descubierto otros sistemas filosóficos y éticos, pero no han podido hallar otro Jesucristo. No hay nadie en la historia que pueda equipararse a él”. El epicentro del cristianismo es Cristo. Él les da sentido a nuestras vidas. Nuestros pensamientos pueden gravitar en torno a conceptos filosóficos sobre Dios, pero lo único que cambia radicalmente nuestras vidas es tener un encuentro personal con Cristo. Es atractivo hablar de Dios ya que es un concepto misterioso, místico, profundo, insondable, pero para que hablar de Dios si podemos hablar con él a través de Jesucristo. Claro que hablar de Dios es algo fundamental, es una necesidad humana, pero esto no llena el corazón humano, lo único que llena el corazón humano es aceptar que somos pecadores, arrepentirnos de nuestros pecados, aceptar el sacrificio de Cristo y servir a Dios con nuestras vidas, permaneciendo fieles a él hasta el día de nuestra muerte. Primera de Corintios 1:30 dice: “Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención…”.
Julio césar cháves juliogenial@hotmail.com
Ahora, pregunto: ¿Pueden los conceptos sobre Dios cambiarnos las vidas? ¿Cuál es el epicentro del Cristianismo? La respuesta no voy a darla yo, dejaré que lo haga el Dr. Billy Graham que escribió a este respecto: “Cada vez comprendo mejor la verdad de que las personas resultan cambiadas por otras personas, más que por las ideas. El poder de la personalidad es muy fuerte. Se podría ilustrar de muchas maneras el hecho de que con frecuencia una personalidad resulta mayor que una idea. Es lo que acontece con el cristianismo. El secreto del éxito del cristianismo no radica en su ética. No se halla en su filosofía, aunque el cristianismo tiene una serie de ideas filosóficas. El secreto del cristianismo esta en una Persona, el Señor Jesucristo. Los hombres han descubierto otros sistemas filosóficos y éticos, pero no han podido hallar otro Jesucristo. No hay nadie en la historia que pueda equipararse a él”. El epicentro del cristianismo es Cristo. Él les da sentido a nuestras vidas. Nuestros pensamientos pueden gravitar en torno a conceptos filosóficos sobre Dios, pero lo único que cambia radicalmente nuestras vidas es tener un encuentro personal con Cristo. Es atractivo hablar de Dios ya que es un concepto misterioso, místico, profundo, insondable, pero para que hablar de Dios si podemos hablar con él a través de Jesucristo. Claro que hablar de Dios es algo fundamental, es una necesidad humana, pero esto no llena el corazón humano, lo único que llena el corazón humano es aceptar que somos pecadores, arrepentirnos de nuestros pecados, aceptar el sacrificio de Cristo y servir a Dios con nuestras vidas, permaneciendo fieles a él hasta el día de nuestra muerte. Primera de Corintios 1:30 dice: “Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención…”.
Julio césar cháves juliogenial@hotmail.com
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